CATEDRAL Y GIRALDA
Es el símbolo indiscutible de la ciudad de Sevilla. Contemple la sublime vista desde la Giralda y descubra la tumba de Cristóbal Colón.
Indisociables, ambos parecen proclamar para la eternidad el triunfo del cristianismo. Esta proclamación es tanto más significativa cuanto que la catedral se construyó en el emplazamiento de la antigua Mezquita Mayor y la Giralda era su alminar. La Giralda, milagrosamente conservada de guerras y terremotos (1504 y 1888), se alza a más de 98 metros de altura, mostrando su fina estructura con la pátina del tiempo.
Historia: En 1248, antes de la rendición de la ciudad, los moros, atrapados, quisieron destruir la mezquita y su minarete almohade. Para disuadirlos, Alfonso XI el Sabio, consciente de la belleza de estos monumentos, amenazó con pasar a cuchillo a sus prisioneros.
Para quienes deseen tener una vista panorámica de la ciudad, pero también de las imponentes proporciones de la catedral contigua (130 m de largo y 76 m de ancho), es muy recomendable subir a la plataforma de la Giralda. La subida se facilita con una serie de 35 escalones.
Desde 1564, la Giralda está dominada por el enorme y asombroso Giraldillo. Esta veleta de 4 m de altura, con un peso de casi 1.300 kg, es una "estatua de la fe" hueca que gira sobre sí misma al menor soplo Esto es lo que se conoce como bronce aéreo..
A principios del siglo XV, en 1401, los notables de Sevilla decidieron demoler la Mezquita Mayor, queriendo sustituirla por una catedral única en Europa. Fueron necesarias largas obras. La cúpula se derrumbó en 1511.
Tras el terremoto de 1888, se reconstruyó la parte central de la catedral.
Detrás de la Puerta de los Palos, el portal sur neogótico, la majestuosidad del lugar es inmediatamente evidente, sobre un fondo de pavimento de mármol blanco y negro. Se entra en un bosque de columnas tan altas que, a pesar de su robustez, parecen esbeltas. En el crucero del transepto, las flamantes bóvedas se elevan 56 metros sobre el suelo. La catedral tiene 10 puertas y 24 bóvedas contiguas. Nada menos que 500 cuadros, entre ellos algunos de Murillo, Zurbarán, Giordano, Goya y Campana, están repartidos por este laberinto gótico y renacentista.
La Capilla Real, de estilo plateresco, con las tumbas de Alfonso X y su madre, Beatriz de Suabia; en el mismo lugar, un retablo de plata contiene los restos del libertador de Sevilla, Fernando III. El granretablo mayor es una de las visitas obligadas, y la multitud no se equivoca: se puede llegar hasta las puertas que protegen el asombroso tesoro de la catedral, una pieza de orfebrería sobrecargada en la que han trabajado varias generaciones de artistas.
El monumento funerario de Cristóbal Colón. La verdadera tumba del descubridor sigue siendo un misterio (la República Dominicana también tiene la suya y afirma que es la única que existe). Sabemos que el genovés, que murió en Valladolid en 1506, fue enterrado primero en Sevilla; su tumba fue trasladada a Santo Domingo. Dos siglos más tarde, al final de la Guerra Hispanoamericana en 1898, fue repatriado a Sevilla vía La Habana. En 2003, las pruebas de ADN demostraron que los huesos presentes (que representan sólo el 15% del esqueleto) en la catedral de Sevilla eran los de Cristóbal Colón.
El Patio de los Naranjos. Este patio de naranjos es otro vestigio de la Gran Mezquita. Los moros venían aquí a hacer sus abluciones antes de ir a rezar, en una época en la que el califato de Sevilla era el más rico de España.
Mais la montée au sommet de la Giralda m'a laissé assez perplexe... c'est très long de faire la queue, on s'arrête toutes les 4 marches, cela nous a fait perdre beaucoup de temps pour une vue de la ville qui ne casse pas des briques.... Au mieux on peut monter jusqu'à la moitié pour avoir une vue plongeante sur le patio des orangers et faire demi-tour.
Nous nous sommes fait mettre dehors sans avoir pu finir notre visite (sans grand ménagement ni explication) - le billet indiquant que le site se réserve le droit de fermer à la visite à tout moment sans préavis (...)