LA GARE DE ROUBAIX
Edificio situado en lo alto de la avenida Jean Lebas, cuyo cuerpo central está enmarcado por dos pabellones neoclásicos de ladrillo.
Es imposible pasar por alto este soberbio edificio que se alza orgulloso en lo alto de la avenida Jean Lebas. Inaugurada en 1888, la estación de Roubaix fue diseñada por Sydney Dunnett, arquitecto jefe de la Compagnie des Chemins de Fer du Nord. Inspirándose en los grandes "embarcaderos", como las estaciones de Lille Flandres y París, Sydney Dunnett hizo de esta estación el símbolo del apogeo de la era industrial en la ciudad de Roubaix. Lo más espectacular (¡y también lo más llamativo!) es, por supuesto, el soberbio vestíbulo de hierro y cristal. El techo de cristal, que suele utilizarse en las estaciones terminales para cubrir las vías, no tiene aquí ninguna función arquitectónica, pero añade cierta majestuosidad al edificio. Antiguamente estaba presidido por otra nave acristalada, que lamentablemente fue destruida durante la Primera Guerra Mundial. El cuerpo central está enmarcado por dos pabellones neoclásicos de ladrillo y piedra. El edificio está coronado por una torre del reloj, precedida a su vez por una marquesina con la inscripción Chemins de Fer du Nord. Muy dañada durante la Primera y la Segunda Guerras Mundiales, la estación fue perdiendo poco a poco su magnífico aspecto, hasta que sus pabellones y dependencias fueron finalmente demolidos. En la década de 1970 se planteó su demolición. Pero el ayuntamiento se opuso a la idea y emprendió amplias obras de renovación. La estación recuperó su antiguo esplendor y volvió a abrir sus puertas en 1984. Hoy es imposible imaginar el paisaje de Roubaix sin este edificio, cuya historia es tan sorprendente como su arquitectura.
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