Guía de viaje El Norte

El secreto mejor guardado del Norte, dicen algunos. Una joya que hay que proteger a toda costa, dicen otros. Una tierra en la que Epicuro se habría sentido como en casa, dicen algunos lugareños. Todo esto es cierto: el Avesnois es la parte más verde, pastoral y auténtica del Norte. Declarado Parque Natural Regional, el Avesnois es bello, está protegido y merece la pena visitarlo

Escombreras que salpican el paisaje, antaño industrial y hoy familiar, donde la naturaleza ha reclamado sus derechos, como en Douai. Minas que ayer estaban cerradas y hoy se han convertido en museos, para perpetuar el patrimonio y los conocimientos de los antiguos. Una inscripción en la UNESCO y el reconocimiento de un elemento único del Norte, presente en todas partes.

Hay más de cien, repartidas por todo el departamento del Norte. A veces son el único negocio de un pueblo o una antigua farmacia reconvertida. Sin embargo, todas tienen algo en común: la seguridad de ser bien recibido, de encontrar una bebida caliente, información y una sonrisa al llegar.

El mundialmente famoso Carnaval de Dunkerque atrae cada año a multitudes. Los de Bailleul o Cassel, que atraen a familias y gigantes bailarines: el Carnaval es parte esencial del patrimonio del Norte. La gente festeja, celebra la vida, canta melodías rituales, año tras año: eso también es el Norte, popular y alegre.

Luis XIV quería una línea de fortalezas para proteger Francia en el Norte. Vauban, el arquitecto militar más brillante de su época, recibió (casi) carta blanca para satisfacer el deseo real: así nacieron estas típicas ciudadelas que se encuentran de Bergues a Lille, de Gravelines a Quesnoy. ¡Hermosas visitas y descubrimientos!

Ciudad de corsarios, ciudad de batallas, ciudad de carnaval, ciudad oceánica y ciudad portuaria, Dunkerque no puede dejar indiferente a nadie. A veces se viene aquí sin saber muy bien por qué y se sale preguntándose cómo volver, ¡rápidamente! Con una gran oferta cultural, la proximidad de Bergues y Gravelines, ¡es el destino ideal para un citytrip!

De Maroilles al Tome de Cambrai, pasando por el Pavé bleu, la Boulette d'Avesnes y otras maravillas por descubrir en cada uno de los territorios, el Norte es una tierra donde el queso goza de gran estima. No sólo se degusta: también se cocina, se marida y se acompaña. Sabemos cómo utilizarlo para deleitar el paladar

A varios metros de altura y dormidas 364 días al año, rara vez salen. ¿Quizá son tímidas? ¿Quizá no quieren que las vean cuando no van vestidas con sus mejores galas? En cualquier caso, suelen vivir con sus familias y a veces son héroes y heroínas. Les gusta bailar: ¡son los Gigantes del Norte!

La capital del Norte es un destino líder y una importante puerta de entrada internacional. Hay que decir que con la belleza de su casco antiguo, su vitalidad cultural y su alocada energía, ¡hay muchas cosas que hacer! Pero Lille es también la metrópoli y Roubaix, Tourcoing, Villeneuve-d'Ascq donde hay muchos tesoros que visitar.

Ya sea urbano, a través de campos, un poco escarpado, a lo largo de una playa, a lo largo de una duna o en los bosques, el senderismo está omnipresente en el Norte. De los paisajes del Avesnois a los paseos urbanos, de las playas de Zuydcoote a los senderos de la memoria del Cambrésis, hay para todos los gustos y todos los niveles: ¡venga a comprobarlo!

Lenguas regionales todavía muy vivas (ch'ti, flamenco), un reconocido sentido de la hospitalidad, fiestas ancestrales como el carnaval, juegos de antaño que aún se practican, estaminets que siguen vivos: el Norte está orgulloso de sus tradiciones y su identidad.

Está la bicicleta oficial, una carrera adoquinada con una terrible reputación que se ha convertido en un acontecimiento mítico: la París-Roubaix. Y luego está la bicicleta más popular y turística, un poco Charles Trenet y mucho Nord. Con la formidable red de nodos, no hay que molestarse: el recorrido se crea casi en tiempo real. ¡Ideal para una gran excursión!