Es en la soleada plaza Toulouse-Lautrec, a la sombra de los plátanos, donde la encantadora Table de Marie instala su bonita terraza, no lejos de los petanqueros de la zona de descanso. Casi se oían las cigarras.... En el restaurante, la bienvenida es cálida y la decoración, similar a la de un bistro de antaño, está llena de calidez. Apreciamos sin reservas la delicadeza de los platos con sabores sureños. Aquí, nos centramos en la convivencia y la autenticidad, el resultado: sin sombras en el tablero. Comemos buenos platos caseros, sin pretensiones pero muy bien preparados y la cuenta es más que asequible, lo que no resta encanto al restaurante. La única desventaja es que tienes que tomarte tu tiempo porque la calidad requiere un poco de paciencia.
Les plats de qualité, raffinés et goûteux gourmands
Service impeccable ????