PICO DE LA FONTFRÈDE

Saliendo de la ciudad hacia el sur (preste atención a la señalización), la carretera asciende gradualmente y serpentea entre una vegetación típicamente mediterránea compuesta por alcornoques y encinas sobre suelos de esquisto. Después del Col de la Brousse, a 861 metros, diríjase al Col de Fontfrède, a 1000 metros. Se tarda unos 20 minutos desde Céret y es el lugar ideal para hacer un pícnic (zona equipada) o para refrescarse cuando el calor aprieta abajo. El lugar también alberga una pequeña estela conocida como Les Evadés de France («Los fugitivos de Francia»). Durante la Segunda Guerra Mundial, muchos fugitivos cruzaron la frontera a través de esta zona guiados por contrabandistas para unirse a las fuerzas libres. El pico de Fontfrède, justo encima, es fácilmente accesible en poco tiempo a través de un magnífico bosque de hayas. Culminando a 1093 m de altitud, ofrece una de las panorámicas más bellas, con vistas de 360º del Canigó al oeste, de las Corbières al norte y de la sierra de la Albera al este. La vista es igual de espectacular hacia España y la llanura del Ampurdán, con la media luna del golfo de Roses como centro destacado.
Desde Fontfrède se puede realizar un bonito paseo a caballo por la frontera hasta el pico de las Salinas y luego el Roc de Frausa. Encontrará todos los itinerarios de senderismo por los alrededores de Céret o que parten del collado de Fontfrède en la Oficina de Turismo. También es interesante llegar al puerto en bicicleta tras una subida bastante empinada; los paisajes merecen la pena.