EL FUERTE DE BELLEGARDE

Ubicado en la colina de Bellegarde, a 423 metros de altitud, idealmente situado en la frontera entre los collados de Panissars y Perthus, el fuerte de Bellegarde fue primero una torre de vigía construida por Jaume II de Mallorca (para vigilar las tierras de su enemigo el rey de Aragón) y luego un castillo medieval que solo vivió algunos episodios bélicos. A partir de 1659, tras la anexión del Rosellón, la Cerdaña y el Conflent al reino de Francia gracias al Tratado de los Pirineos, surgió la verdadera importancia estratégica de esta fortaleza situada exactamente en la nueva frontera, momento a partir del cual una serie de guerras ininterrumpidas entre España y Francia inflamaron la región durante más de cien años. En 1679, Vauban hizo destruir el castillo y recuperó las piedras del priorato para la construcción del fuerte, desde el que se podía vigilar el paso más antiguo conocido en los Pirineos Orientales.

El panorama es excepcional y se abre tanto a Francia como a España, desde la bahía de Rosas hasta los Pirineos. Un puente levadizo da paso al edificio. El recorrido pasa por las impresionantes murallas, la capilla y el famoso pozo de 63 metros de profundidad. Se utilizaba un sistema basado en una cadena con cubos para extraer el agua que se vertía en una canalización. El patio de armas del fuerte es tan grande que podría albergar un campo de fútbol.

Cabe destacar que los cineastas usaron estas instalaciones en los años setenta para rodar El clan de los marselleses, con Jean-Paul Belmondo y Claudia Cardinale, y La fuga increíble, con Charles Bronson.