Justo a orillas del mar, en un entorno trabajado, pero que ha sabido mantenerse bastante sobrio para agradar a todo el mundo, el Oxalis propone platos a la presentación refinada pero auténtica y sencilla: regalarte con un gratificante de moldes con roquefort, una ballena de aves de corral rellenas a los cangrejos, salsa al coñac estragón y estragos de patata o una charla de aloyau al chalote. Te aconsejamos el ratón antes de cordero confitado, zumo con caramelo de romero y gratin delphinois, así como el dúo de filete de bar y de salmonete a la plancha y ravioles de temporada. Por último, para terminar con una nota sucretiva (sin acento del mar esta vez, tranquilízate), te propondrás un filete helado con el paquete de frutos rojos o una copa helada vainilla con piña caramelizada en el ron. El Oxalis también hace ensaladas, pero toda la cocina gira en torno a los productos del mar.
Nous nous sommes régalés, un soir de janvier en pleine semaine.
J'avais oublié cette excellente adresse pourtant si proche de nos bureaux.
Je recommande +++