LA PASSIFLORE * *
Pequeño y encantador hotel-restaurante con jardín cerrado en Vergèze, apto para bellas escapadas
Adquirido por Valérie y Michel en la primavera de 2023, este pequeño hotel enclavado en el corazón del pueblo ofrece un entorno agradable y relajante, gracias sobre todo a su jardín cerrado donde es bueno holgazanear. Desde aquí, se puede ir a la Petite Camargue para hacer bonitas escapadas o a los alrededores, que no carecen de atracciones. Dispone de un gimnasio y de una sala de reuniones bien equipada. También es el lugar adecuado para pequeños seminarios y, por la noche, La Passiflore se convierte en un bar de tapas con una selección de los mejores vinos locales. Para su comodidad, hay aparcamiento gratuito a 50 metros y, si viene en tren, la estación está a sólo unos cientos de metros, pero sin los inconvenientes del ruido.
Nous recherchions un hôtel très calme et cela ne nous a pas déçu. D'abord parce que la population est là, mais aussi l'hôtel bien qu'il soit situé en centre ville. Les photographies correspondent tout à fait à la réalité ; C'est une bâtisse ancienne, réservée et bien équipée, elle dispose également d'un charmant patio où sont servis les repas aux beaux jours. La chambre était petite mais avait tout ce dont nous avions besoin, le propriétaire était très charmant, très sympathique, il s'est occupé de nous avec toute la cordialité et le bon travail. Nous sommes arrivés sans dîner et, étant lundi, nous avons trouvé tous les restaurants fermés, ainsi que celui de l'hôtel qui n'ouvre qu'en haute saison. Le propriétaire nous a fourni une liste de ceux qui étaient à proximité et ouverts. Au final non
Nous y sommes allés parce que nous étions très fatigués du voyage, mais nous avons apprécié votre attention. Il y a des places pour se garer très près. Super petit déjeuner.
(Avis d'origine)
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Buscábamos un hotel muy tranquilo y no nos decepcionó. Para empezar porque la población lo es, pero también el hotel pese a estar ubicado en el centro del pueblo. Las fotografías corresponden totalmente a la realidad; es una edificación antigua, reservada y bien acondicionada, también tiene un patio encantador donde con el buen tiempo sirven las comidas. La habitación era justa pero tenía todo lo necesario, el propietario muy encantador, muy amable, nos atendió con toda cordialidad y buen hacer. Llegamos sin cenar y, siendo lunes, encontramos todos los restaurantes cerrados.También el del hotel que sólo abre en temporada alta. El propietario nos proporcionó una lista de los que estaban cerca y abiertos. Al final no
fuimos porque estábamos muy cansados del viaje, pero agredecimos su atención. Hay lugares donde aparcar muy cerca. El desayuno estupendo.