CHAMBELLAND
Nathaniel Doboin y Thomas Teffri-Chambelland han abierto la primera panadería orgánica y, naturalmente, sin gluten (y certificada por la AFDIAG). En efecto, ellos mismos producen su harina a base de arroz y de sarrín en una molino situada en el sur de Francia. De este modo, dominan la producción de la materia prima al producto en la tienda y el resultado es increíble. Cuando abrieron, la noticia se propagó como un rastro de pólvora en la comunidad de "sin gluten". Los productos son de una calidad irreprochable. El pan es mullido, sabrosa, crujiente, una delicia. El lugar está retirado de la calle, con una pequeña terraza en una calle semipeatonal que es ideal para un desayuno en los días soleados, el servicio es agradable y el personal sonriente. Delante del mostrador, se puede probar todo: pan al levain al pan del pueblo con la bonita mie que recuerda a los panes de campaña de antaño, a los chambellines naturales o a los granos o a las focaccias (naturaleza, sésamo o adormidera) para hacer un buen bocadillo. Los pasteles son deliciosos y excelentes: tartas de frutas, tarta de limón mermelada (a prueba absolutamente), muffins, tarta de chocolate, financieros, panecillos… Todo es bueno y, por supuesto, cada uno tendrá su preferencia. Se puede desayunar o almorzar con una fórmula tartita/bebida caliente y zumo de fruta fresca del día o sopa/sándwich + pastelería con limonada casera. Y, desde hace algunos meses, la tienda propone sus panes en varios lugares parisinos, especialmente en tiendas o tiendas biológicas. Un lugar totalmente imprescindible para los intolerantes del gluten pero también para todos los golosos.