Muy conocido en el Havre, Portier propone una variedad de unos cuarenta panes especiales diarios, a base de centeno o cereales, a las lardonaciones, a las nueces o a las uvas, sin olvidar los palillos a la antigua y tradicional, que representan el 80% de la fabricación. En la nueva configuración de la tienda, los clientes ven la fabricación de panes gracias a una puerta corredera abierta en el horno, también totalmente nuevo, y al trabajo artesanal. En cuanto a la pastelería, la clientela es frienta de las turberas de vizcaya -un colchón de pasta estirada en el que están dispuestos frutas cocidas al vapor son auténticos palacios de gastronomía-, del dúo de chocolate blanco y negro, así como la casuillantina del craquelin pralinado. Portier también está especializado en chocolates y presenta, además del chocolate chocolate, molduras especiales para grandes ocasiones, pero también pasteles, pasteles salados y sofás.