MAISON FRANCO
Un buen olor a pollo asado emerge en cuanto se entra en la Maison Franco. Pero no sólo el pollo nos hace cosquillas en la nariz, sino también la paletilla de cordero lechal, el asado y las costillas de cerdo, el gallo, la pechuga de pato asada con foie gras o la pimienta de Espelette, la lasaña. Durante las vacaciones se puede pedir un cochinillo, pollo o capón de Bresse, una pintada asada rellena de foie gras, etc. En resumen, carnes excepcionales que se sirven con puré de patatas casero, gratin dauphinois, judías verdes, zanahorias vichy, patatas granuladas, verduras,.... La casa es también una delicatessen: quesos Jean d'Alose, chocolates Saunion, mieles, mermeladas, aceites, platos preparados como la famosa lamprea en salsa bordelesa o el cuscús de suegra una vez al mes, aceites y vinagres, zumos de frutas biológicos sin olvidar una bodega con algunas referencias extranjeras (Italia y Colombia). Una mesa d'hôtes de 15 platos y una terraza dan la bienvenida a los que desean comer en el lugar, ya que la casa también es un restaurante, o tomar una copa mientras esperan a que la carne termine de cocinarse. Al elegir la excelencia, Emmanuelle y Philippe Franco han logrado mantener una clientela que se extiende más allá de Avenue d'Eysines