Amantes de lo dulce, no os perdáis esta visita y sobre todo la degustación. La historia de su creación es fascinante: Edith, costurera, y Michel Noyez, cocinero, crearon la Noisettine du Médoc en la década de 1970, en un almacén de vinos de 200 años de antigüedad, que entonces estaba en ruinas, y del que se enamoraron. Todo el mundo se enamora de este manjar cuya receta se remonta a 1649. La avellana se cuece en un sirope casero y luego se recubre con un caramelo inflado. Hoy, esta fábrica familiar se ha convertido en un pequeño museo que recibe cerca de 40.000 visitantes al año.
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Opiniones de los miembros sobre LES NOISETTINES DU MEDOC
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