AL SIROCCO
El siroco, cálido y seco, abandona el Mediterráneo y sopla en la calle Chifflet que lleva a Italia hasta su plato y con él, sin duda, una de las mejores pizzas de la ciudad. Una pasta fina y crujiente, una cocción generosa, como la de sus suculentas pastas caseras. A ello se añade una carta algo más variada que la de las pizzerías habituales: incluye marisco (brodetto), rosñones de mozzarella y algunos platos a base de carne francesa, para que puedas probar la cocina italiana de otro modo. Una cocina en acción en la que podrás, por suerte, ver al chef a los fogones que hacen que su pasta se desvíe sobre su cabeza como cualquier verdadero pizzería italiano. Una cocina auténtica y sabrosa, con nombres italianos que durante el pedido te harán lamentar tanto autenticidad, pero que a la degustación se sentirá muy pronto perdonada. Y como en Italia, el momento de la comida en familia es sagrado para los grupos, la gran sala en el sótano está ahí para recibirte. Andiamo.