Cristianismo mayoritario

El cristianismo ha estado presente en Bolivia desde la época colonial, con muchos sacerdotes acompañando a los conquistadores españoles a principios del siglo XVI. Algunos sacerdotes jesuitas también emprendieron la misión de evangelizar a los pueblos indígenas, sobre todo a los chiquitanos y moxos. Las iglesias construidas con la ayuda de los nativos son maravillas arquitectónicas que constituyen una verdadera atracción turística y cultural. El objetivo de estos evangelizadores era sofocar las creencias politeístas y animistas de los nativos incorporándolas a las representaciones cristianas. De este modo, la Virgen María debía asimilar el concepto de la Pachamama, como demuestra la soberbia pintura de la época colonial tituladaLa Virgen del Cerro( Museo Nacional de Arte, La Paz). En esta pintura de 1720, la Virgen María y el Cerro Rico de Potosí son una misma cosa. En aquella época, la Iglesia tenía un peso moral y financiero preponderante en la conducción del país, con el Estado y la Iglesia íntimamente ligados. Al final de la época colonial, la Iglesia era incluso el mayor poder financiero del país. La independencia en 1825 alteró considerablemente la influencia política de la Iglesia sobre la nación, pero siguió siendo la única religión del país.

Hoy en día, mucha gente sigue asociando el cristianismo con la herencia colonial y las clases dirigentes. Numerosas fiestas católicas siguen jalonando la vida del país, al igual que la costumbre de nombrar un santo patrón del país, de una ciudad o de un pueblo, para el que se celebra una fiesta anual en el día festivo correspondiente. La patrona de Bolivia es la Virgen del Carmen, cuya fiesta se celebra el 16 de julio de cada año, y la patrona de Sucre es la Virgen de Guadalupe, cuya fiesta se celebra el 8 de septiembre.

El culto a la Pachamama

Pachamama, Madre Tierra, es una de las deidades más importantes de los pueblos indígenas andinos de Perú, Bolivia, Chile y Argentina. Pacha es el universo, el mundo, el tiempo y el lugar; Mama es la madre. Pachamama, Inti (el sol) y Quilla (la luna) son la trinidad sagrada de los pueblos andinos. La Pachamama convive bastante bien con la religión católica. El reconocimiento constitucional del catolicismo como religión del Estado no es más que una máscara tras la que se celebran las verdaderas creencias de los bolivianos. El sincretismo es moneda corriente: ¡el cura tiene que bendecir a los altivos diablos del Carnaval antes de que vayan a honrar a la Virgen María con sus saltos y piruetas! Esta mezcla es uno de los rasgos dominantes de la cultura boliviana. Y sus repercusiones en el arte barroco de Bolivia (y Perú) han sido importantes. La Iglesia tuvo que aceptar e incluso participar en este sincretismo religioso, respetando al mismo tiempo las creencias profundamente arraigadas en la vida de los indígenas. La Pachamama está representada por la Virgen de Copacabana en La Paz, la Virgen de Urkupiña en Cochabamba y la Virgen del Socavón en Oruro. Se puede ver al párroco de Copacabana bautizando coches y al de La Paz bautizando miniaturas durante la fiesta de Las Alasitas. El clero se ha acercado a la población mediante campañas de información sobre igualdad de género, violencia doméstica, anticoncepción y derechos humanos. La dimensión social de la Iglesia es aquí una realidad, mientras que a menudo ha contribuido al control del pueblo por la "sociedad dominante".

La tradición de las ofrendas a la Pachamama continúa en la vida cotidiana, sobre todo entre las comunidades aymara y quechua. Estos rituales consisten en ofrecer regalos a la Pachamama para ganarse su favor. Estas ofrendas suelen consistir en hojas de coca (cuyo valor es altamente simbólico), alcohol, cigarrillos, chicha (bebida fermentada a base de maíz), alimentos diversos, etc. Los rituales más importantes implican el sacrificio de un animal (llama, alpaca) o el depósito de un feto de llama, considerados garantías de fertilidad y buena cosecha. Es habitual que los viajeros observen estos rituales en el Altiplano, o incluso que participen en ellos con su guía o conductor antes de un viaje o caminata. Los espíritus de las montañas desempeñan un papel fundamental. El Tío Supay, dios inca de la muerte, es respetado y honrado por los mineros del Cerro Rico de Potosí, ofreciéndoles protección y prosperidad. Las representaciones del Tío, el "diablo de la montaña", se encuentran en varias galerías; ¡recuerde llevarle unas hojas de coca si visita las minas! Por último, verá pequeños montículos de piedras aquí y allá durante sus caminatas: es aconsejable colocar una piedra extra para apaciguar a los espíritus y asegurarse de que su viaje transcurre sin contratiempos.

La fiesta de la Pachamama se celebra cada1 de agosto. Ese día se entierra cerca de la casa una vasija de barro llena de diversos alimentos cuidadosamente cocinados y regalos. Hombres y mujeres llevan un cordón blanco y negro hecho de lana de llama, que se ata alrededor de las espinillas, las muñecas y el cuello para protegerse de posibles castigos de la Pachamama.

Tolerancia religiosa

La Constitución del país establece la libertad de culto y la separación de Iglesia y Estado. Aunque el cristianismo es la religión oficial de Bolivia, muchas otras minorías religiosas coexisten pacíficamente. Las escuelas, tanto públicas como privadas, tienen derecho a incluir asignaturas religiosas en sus planes de estudio, y todas están obligadas a incluir cursos de ética y moral que promuevan la tolerancia religiosa.

Bolivia alberga la mayor comunidad menonita de Sudamérica, centrada principalmente en el departamento de Santa Cruz. Esta comunidad cuenta con más de 150.000 miembros y vive apartada de la sociedad boliviana. Su modo de vida sigue siendo tradicional, con muy poco uso de la tecnología moderna (electricidad, maquinaria para la cosecha). Procedentes principalmente de los Países Bajos o Rusia, hablan un dialecto alemán, el Plautdietsch. Seguro que se cruzará con alguno de ellos durante su estancia en Santa Cruz.

Las demás religiones (budismo, hinduismo, islamismo, judaísmo) son muy minoritarias, y afectan a poco más del 1% de la población.