Los mejores chocolateros Italia

Basta con ver el número de puntos de venta para comprender que Gay-Odin es, con diferencia, la principal chocolatería de Nápoles. Si bien nació en Piamonte, Isodore Odin fue el primero en abrir una fábrica de chocolate en su ciudad de adopción, en 1894. Bautizó la tienda con el nombre de pila de su mujer, Gay, y tuvo un éxito inmediato gracias a la calidad de sus dulces. Su éxito se debe a tres innovaciones: el color azul ruso de los envases, sus deliciosos chocolates foresta (que recomendamos) y los nudi. Una institución que no debe perderse bajo ninguna circunstancia.

El subtítulo Chocolate crudo es una referencia para los gourmand que se preocupan por lo que comen, y Grezzo anuncia la importancia de los chocolates finos y sabrosos en su subtítulo. Para ser probado en forma de helado con un alto contenido de cacao (70% de cacao) o pasteles de verduras crudas, desde trufas hasta pralinés y chocolate caliente, aquí el chocolate es el centro de toda la atención y, por lo tanto, se puede disfrutar crudo, sin refinar. Los productos, la mayoría de los cuales son orgánicos y sin gluten, nunca se calientan a más de 42°C para preservar todas sus cualidades nutricionales.

Una pequeña y maravillosa chocolatería gourmet en un entorno arbolado en el corazón de Pinerolo. Pequeños bombones de todo tipo, pralinés, tabletas de chocolate, tartas, marrons glacés, pasteles e incluso helados para el verano, todo preparado con los mejores productos y según recetas tradicionales, suficiente para llenar su cesta y llevarse a casa un montón de delicias regionales. Una de las especialidades es el chocolate con avellanas del Piamonte. Un delicioso y cremoso chocolate caliente en invierno

Aquí se puede degustar la famosa torta barozzi, inventada por Eugenio Gollini en 1907 y cuya receta secreta, conservada por la familia Gollini, se ha transmitido de generación en generación. Sin embargo, el velo se levanta en cuanto a sus ingredientes: fondant de chocolate, almendras, huevos, mantequilla y azúcar. Eugenio Gollini decidió dar a su invento el nombre de «barozzi» para celebrar la memoria del arquitecto Jacopo Barozzi, ya que en 1907, en Vignola, se celebraba el 400 aniversario de su nacimiento.

Desde 1881, la especialidad de esta chocolatería, hoy dirigida por el apasionado Giancarlo Torta y sus hijos, son los Baci di Cherasco, una deliciosa mezcla de avellanas del Piamonte y chocolate negro. Son un éxito seguro y no pueden faltar en ninguna maleta Pero los demás dulces son igual de deliciosos... El marco de la pastelería, bajo los soportales, no ha cambiado y conserva sus estanterías de madera, sus mesas de mármol y su suelo de baldosas de hace más de un siglo. Un auténtico templo de las delicias gourmet

Fábrica de chocolate artesanal en manos de la familia Gallucci desde 1890. Situada en el barrio de Sanità, a dos pasos de las catacumbas de San Gaudioso, la tienda apuesta por la autenticidad, ofreciendo únicamente dulces de chocolate hechos a mano. Sucumba al nocciolo (chocolate con trozos de nuez) o a la castagna fondente (un chocolate negro suave y meloso). También barras de chocolate, turrón y castañas confitadas en otoño. Suficiente para recuperarse de sus emociones después de visitar las catacumbas!

Para los más golosos, una chocolatería que ofrece deliciosos bombones y postres helados. Aquí, desde 1979, se elabora chocolate a mano, de todos los sabores y formas: pralinés, almendras garrapiñadas, cremas para untar, tabletas... pero también tartufo, un postre a base de helado con un corazón de chocolate fundido, disponible en una miríada de sabores diferentes, a cada cual más apetitoso: pistacho, café, requesón e higo... Otra dirección: Via Gennaro Serra 78 (detrás de Pizza Plebiscito).

Los verdaderos gourmets encontrarán aquí todo lo necesario para satisfacer sus deseos. Fundada en 1796 (Bolonia estaba entonces ocupada por las tropas de Napoleón), es la chocolatería más antigua de la ciudad. Majani fue proveedor oficial de la Casa Real de Saboya tras la unificación de Italia. Pruebe los famosos cremini, cuadraditos que se derriten en la boca: hechos de cuatro capas de mazapán y pasta de avellana, fueron inventados en 1911 para el lanzamiento del Fiat Tipo 4. Otro manjar de chocolate es el tortellino, negro, de leche o blanco, con relleno cremoso.

En Gobino, el chocolate no es sólo una delicia de calidad, es una experiencia sensorial donde cada bocado representa horas de trabajo e investigación. La excelencia comienza con las materias primas: el cacao, seleccionado de las mejores cosechas, las avellanas, esenciales para el famoso gianduiotto, típico de la tradición turinesa, y los mejores sabores para hacer de cada chocolate una pieza única. Añada a esto el diseño de moda, y el embalaje que sería digno de ser exhibido en un museo por su elegante simplicidad.

Cerca del puente de Rialto y del barrio de San Marcos, esta tienda de Castello es la envidia del mundo Pralinés, almendras garrapiñadas, ganaches, fuentes de chocolate e incluso chocolate caliente para llevar por unos pocos euros: este es sin duda el mejor artesano de la disciplina en Venecia. Entra, tanto si buscas una idea para regalar como si sólo quieres darte un capricho. Los ganaches se elaboran con el mejor cacao, especias, frutas confitadas y café para lograr una combinación irresistible.

Conocida por sus numerosos chocolates fundentes y marrons glacés (¡una maravilla, sin duda los mejores de la ciudad!) desde 1836, era aquí donde Cavour hacía sus pedidos para sus recepciones como ministro. La gloriosa pastelería cuenta ahora con un elegante mostrador donde podrá saborear un buen café o capuchino por las mañanas. De abril a noviembre, si toma asiento en la hermosa terraza con vistas a la Piazza San Carlo, le servirán una serie de platos tan ligeros como refinados, desde sándwiches club hasta salmón ahumado con ensalada.

Una increíble chocolatería muy cerca de todos los puntos de interés de la ciudad, con una infinita oferta de confitería, dulces de todo tipo, una gran variedad de bombones con sorprendentes combinaciones de sabores: y, para ser sinceros, ¡todo es muy apetitoso! Un auténtico paraíso para gourmets jóvenes y mayores, del que no saldrá indemne... También puede visitar el laboratorio donde se elaboran todos estos dulces, también en Turín, así que no dude en probarlo, solo o con un amigo, ¡merece la pena!