Música y danza tradicional

Un acercamiento a la música tradicional y folclórica de Andorra nos acerca a las raíces culturales del Principado. Aunque emparentada con la música de las vecinas Francia y España, la tradición musical local tiene un fuerte acento catalán. Esto se refleja en danzas populares como el contrapàs y la marratxa, muy comunes en Sant Julià de Lòria, Andorra la Vella y Escaldes-Engordany. Ejecutado exclusivamente por hombres en una larga cadena, el contrapàs es simbólico de este patrimonio catalán. Poco a poco en desuso, esta danza es sustituida a menudo por la sardana. Cabe señalar que, excepto en Prats-de-Mollo-la-Preste, donde se sigue bailando según la tradición más pura -es decir, sólo por hombres-, el contrapàs evoluciona con los tiempos y las costumbres para incluir cada vez a más mujeres. La otra danza más común, la marratxa, refleja el sentimiento patriótico. En ella, los bailarines (un hombre y tres mujeres) se cogen de la mano y unos levantan los brazos formando un arco mientras otros pasan por debajo. Al terminar la danza, los participantes forman un único círculo. Al igual que la sardana catalana, esta música es interpretada por coblas, los típicos conjuntos instrumentales catalanes formados por flaviol (pequeña flauta dulce), tamborí (pandereta), tible y tenora (oboes), trompeta (trompeta), trombó (trombón), fiscorn (válvulas de metal) y contrabaix (contrabajo de tres cuerdas). No pasa una festa major sin que los Esbarts dansaires (grupos folclóricos) se pongan sus trajes tradicionales e interpreten con orgullo estas danzas tradicionales. Una de las más conocidas es la Festa Major d'Andorre-La-Vieille, que se celebra cada primer sábado de agosto con motivo de las fiestas patronales. En ella se puede disfrutar de grandes bailes folclóricos, conciertos, concursos y otros eventos de todo tipo que puntúan el corazón del verano. En un género diferente, pero igual de tradicional, la Fête des Chalumeaux ofrece conciertos de "chalumeaux", la flauta tradicional catalana.

Música clásica

Aunque este pequeño pedazo de tierra no haya dejado su huella en la historia de la música clásica, puede sin embargo contar con dos hermanos músicos que brillan en la escena internacional: Lluis Claret (1951) -un gran violonchelista que ha tocado con prestigiosas orquestas (Filarmónica de Moscú, Orquesta Nacional de Francia, Orquesta de Cámara Inglesa...)- y sobre todo Gerard Claret (1951). Este último, violinista, ha dedicado toda su carrera a la música de cámara y se ha distinguido como intérprete de Bach, Beethoven y Mendelssohn. Desde 1993, es director de la Orquesta Nacional de Cámara de Andorra, que, junto con el Coro Nacional de Pequeños Cantores de Andorra, es uno de los principales actores de la vida musical del país. La orquesta vive y toca en elAuditorio Nacional de Andorra, en Ordino. Inaugurado en septiembre de 1991, este edificio diseñado por el prestigioso arquitecto español Juan García de Paredes acoge cada septiembre y octubre un interesante festival internacional de música (Ordino Clàssic). También es la sede del festival internacional de guitarra clásica Narciso Yepes, uno de los certámenes más importantes del Principado.