Atracciones turísticas y monumentos Portugal

¡Desgaste total! En camino a un crucero alcohólico sin moderación. El concepto: alcohol a voluntad para todos los participantes. El dicho dice que lo que pasa en el Booze Cruise se encuentra en el Booze Cruise. Una especie de spring break a la americana en una tarde. ¡A todos a ver! Muy concurrida por los jóvenes anglosajones.

Otro golpe del IPAG. No hay francés (aunque alemán, inglés y español, siempre es un placer). El más completo, el mejor concebido pero no el más divertido de los sitios sobre Portugal. Nada les escapa: economía, turismo, etc.

En resumen, los vínculos les dirigen más a los bancos que a las discotecas.

El lugar de las músicas del mundo, en portugués. Es muy elegante y tiene un programa de espectáculo, buenas fichas sobre música portuguesa y de otro tipo.

Escalada, orientación, barranquismo y muchas otras actividades al aire libre.

Conocer mejor la biodiversidad de la reserva.

Esta iglesia renacentista y barroca fue construida en 1232 y luego remodelada. Merece la pena echar un vistazo a sus notables pinturas medievales de más de 400 años descubiertas durante su renovación en 1992!

Espacio protegido de 31750 hectáreas que se extiende por aproximadamente cuarenta kilómetros entre los territorios de los municipios de Arronches, Castelo de Vide, Marvão y Portalegre. A 1025 metros de  altitud, el parque se caracteriza por crestas rocosas ricas en cuarzo, una vegetación de robles y castaños silvestres, así como una fauna donde el águila perdicera y el topillo (rato) de Cabrera son los protagonistas. Los espacios más representativos del parque son las piscinas naturales de Portagem, los montes Carvalho y Paleiros y el pico de São Mamede.

Los museos de los coleccionistas privados son los más sorprendentes de Portugal. José Regio era un hombre marcado y obsesionado por la figura de Cristo.  En la primera sala ya lo revela, con su asombrosa colección de crucifijos. Colección es una palabra que no es suficiente para describir esta acumulación de esculturas de arte popular de los siglos XVI al XVIII. Algunas de ellas presentan extrañas peculiaridades, como el Cristo con cadera femenina o la escultura de manos crucificadas, en la que solo están extendidos los dedos índices. El resto de las piezas es menos interesante.

Este castillo fue construido sobre fortificaciones de la Edad de Hierro durante la ocupación árabe. Fue conquistado por el rey Sancho II en el siglo XIII y reconstruido en los siglos XIV y XVI. Desde la torre del homenaje se puede disfrutar de una bonita vista de la ciudad (además de tener la sensación de ser un guardián del castillo a la espera de una invasión), de sus fortificaciones y de las colinas llenas de olivos. Justo enfrente se puede ver el imponente fuerte de Graça, una joya de la arquitectura militar portuguesa del siglo XVIII.

Este museo de arte pretende ser un motor cultural para la región. Una visita obligada ya que es con diferencia el mejor y más interesante de la ciudad. Se inauguró en el antiguo hospital de la Misericordia, de estilo barroco tardío, y cuenta con una hermosa capilla decorada con azulejos. La exposición permanente acoge la Colección António Cachola, que refleja la creación artística visual realizada por los artistas portugueses en los últimos años. La colección, que no está cerrada, cuenta con más de 650 piezas de más de un centenar de artistas. El museo programa también exposiciones temporales de artistas contemporáneos portugueses. La cafetería de diseño del museo ofrece una espléndida vista de la ciudad desde su terraza del quinto piso. 

Es el museo de mármol de la ciudad. Abrió sus puertas en septiembre de 2012 tras varios años de trabajo. Una suerte, porque el viejo museo era bastante pequeño y confuso, y eso ya no es así. Se puede disfrutar de la visita y del descubrimiento de este lugar, que rinde homenaje a una piedra muy presente en Portugal.

El museo dedica varias salas temáticas e informativas a esta majestuosa piedra, de color gris, beige, crema o rosa, que se encuentra en Vila Viçosa, pero también en toda la región, especialmente en Estremoz. Podrá ver objetos de mármol procedentes de excavaciones arqueológicas, el uso cotidiano del mármol, su proceso de extracción y cómo ha evolucionado.

Descubrirá que los grandes bloques de las canteras se cortan con hilo de diamante. La visita puede ser guiada y no dude en preguntar, está incluido en el precio de la entrada.

Para ver las verdaderas canteras de mármol al salir del museo, deberá seguir recto hacia Borba y no podrá creer lo que ve: enormes bloques de mármol esparcidos hasta donde alcanza la vista a ambos lados de la carretera y todos ellos rodeados de tractores y grúas. ¡Impresionante! Este museo se construyó en el lugar de una cantera de mármol y lleva el nombre de la propietaria de la misma, Raquel de Castro.

El  calabozo del castillo de Estremoz alberga la Pousada de Santa Isabel, una de las más bonitas de Portugal. El castillo fue construido en el siglo XIII por el rey Dinis para su segunda esposa Isabel de Aragón. Tras su muerte en 1336, la casa se transformó en un depósito de municiones. Desgraciadamente, ocurrió lo inevitable y, el 17 de agosto de 1698, una explosión destruyó la mayor parte del castillo y sus alrededores. Fue restaurado por José I en el siglo XVIII. Desde el castillo se puede disfrutar de una vista despejada de los alrededores.

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