¿Por qué en Polynésie?
Las buenas razones para ir en Polynésie
Paisajes de postal
Lagunas turquesas, playas de arena blanca, cocoteros y sol todo el año: estás ahí.
Cultura ancestral
Con más de 3.000 años de historia, la Polinesia posee un patrimonio increíble.
El dulce aroma de las flores
Los aromas florales del tiaré, el flamboyán y el hibisco le hechizarán nada más desembarcar.
La incomparable acogida de los polinesios
Polinesia sigue siendo sinónimo de un pueblo de legendaria hospitalidad.
Artesanía excepcional
Desde el tallado hasta el tejido, la artesanía local es rica, variada y de excelente calidad.
Lugar ideal para actividades al aire libre
Las lagunas y el terreno accidentado ofrecen el terreno de juego ideal para los deportes en la naturaleza.
Eldorado del buceo
Grandes encuentros submarinos durante todo el año gracias a la riqueza de la fauna marina.
Naturaleza exuberante
El suelo volcánico y el clima tropical propician la opulencia del verdor.
Un lugar impregnado de romanticismo
Paraíso de los recién casados, la Polinesia Francesa es romántica como una laguna.
Encuentro con las ballenas
Fenua es uno de los últimos seis países del mundo donde la gente todavía nada con las ballenas.
Es bueno saber sobre las visitas la Polynésie
Horarios
La mayoría de los lugares que visitar en la Polinesia Francesa son de acceso gratuito, sin entrada ni horarios. Cuando no es el caso, los horarios varían entre las 8 o las 9 de la mañana y las 4 o las 5 de la tarde, con una posible pausa a la hora de comer. Los mercados -especialmente el de Papeete- son muy madrugadores y abren sus puertas a las 5 de la mañana, ¡o incluso antes! La actividad se restringe a veces los domingos, pero los lugares de interés permanecen abiertos la mayor parte del tiempo, con horarios ligeramente más cortos.
A reservar
Las granjas de perlas suelen ofrecer visitas guiadas a horas fijas y/o con cita previa: infórmese caso por caso. En algunas islas (Rangiroa, por ejemplo, con Gauguin's Pearl), un servicio de transporte puede incluso recogerle gratuitamente si ha reservado uno. En cuanto a las visitas a las plantaciones de vainilla de Tahaa -Vanilla Valley, por ejemplo-, es mejor llamar con antelación para asegurarse de que los propietarios están disponibles. También se puede recurrir a un guía local, que organizará todas las visitas sin que el viajero tenga que hacer tantas preguntas.
Eventos
Los meses de julio-agosto son perfectos para una visita a Fenua: las celebraciones culturales, deportivas y tradicionales de Heiva son numerosas en todo el territorio y dan vida a algunos de los más bellos sitios arqueológicos. Todos los sábados de julio en particular, los espectáculos de tamure en el Marae Arahurahu de Tahití permiten combinar una visita con una inmersión en la cultura ancestral. Se debe reservar con antelación en la taquilla de Carrefour Punaauia.
Visitas guiadas
Aunque no son ofrecidos sistemáticamente por los propios sitios, no obstante, añaden un valor real a su descubrimiento. Mientras que usted sólo puede ver un montón de piedras bellamente alineadas, un guía podrá transmitirle el carácter sagrado de un marae, la historia de estos sitios arqueológicos milenarios, e incluso podrá hacerle sentir el maná que emana del lugar... No todas las excursiones están perfectamente señalizadas ni son seguras (lo especificamos caso por caso en las páginas de esta guía): por ello, recurrir a un profesional puede resultar también inestimable para adentrarse en la exuberante naturaleza polinesia y reconocer su accidentado terreno.
Atrapa turistas
Como en todas partes, es preferible utilizar guías certificados o experimentados para sus visitas guiadas y otros recorridos por las islas. Esta regla es aún más válida para sus viajes de observación de delfines y ballenas: desgraciadamente, los guías y pilotos no siempre respetan las normas aplicadas para acercarse a los cetáceos. Los mencionados en esta guía han sido probados y aprobados por nosotros
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Descubra la Polynésie
Tierra de sueños y fantasías, Eldorado cacareado y codiciado desde la noche de los tiempos, la Polinesia Francesa está llena de mitos y tópicos. Ah, la vahine, lasciva y exótica, en pareo, bailando el tamure ante la mirada atónita de los viajeros...
Pero la realidad es mucho más rica que este simple cliché. Antes de posar las chanclas en la cálida arena, permítanos hacerle un recorrido por la historia: descubra sus momentos gloriosos y también sus sombras, su mestizaje cultural fruto de las diferentes oleadas de inmigración, sus retos económicos, sociales y ecológicos... Imagine un entorno natural exuberante, un clima suave casi todo el año y un pueblo que, aún hoy, lucha por ganar cada vez más autonomía.
Es el retrato colorista de una tierra de ultramar, tan acogedora como siempre, que ha encantado a almas tan ilustres como Paul Gauguin, Jacques Brel o Pierre Loti. Y una vez allí, es fácil entender por qué.