Los mejores hoteles Uzbekistán

Las 6 habitaciones de este pequeño establecimiento son modulares para 2, 3 o 4 personas. Todos están equipados con TV y aire acondicionado. El patio tiene una pequeña piscina y un takhtan para relajarse durante el día. El hotel está convenientemente situado cerca de la línea de metro Chorsu y a 15 minutos en taxi del centro de la ciudad. Acogida amistosa (una parte del personal es francófono). También existe una segunda dirección en Samarkanda y el equipo podrá ayudarle sin ningún problema en la organización de su tour

Dispone de cerca de sesenta habitaciones, la mitad de las cuales han sido habilitadas en un edificio de 2011 para aumentar la capacidad del hotel. Las antiguas, por tanto, cumplen el estatus de estándar, mientras que las nuevas, más cómodas y mejor provistas, son las de categoría superior. El precio incluye el acceso a las piscinas del hotel, ya sea al aire libre o bajo techo, según se desee. El restaurante ofrece una amplia gama de platos tradicionales y europeos, siempre con un trato muy agradable. Sigue siendo uno de los mejores establecimientos de esta pequeña cadena. El personal, muy amable, podrá proporcionarle abundante y útil información sobre el valle.

Los propietarios rescataron ladrillos del siglo XVII para reconstruir el hotel al estilo bujarí tradicional. El establecimiento está dividido en tres partes: Mizifa Inn, Minzifa Boutique Hotel y Caravan Saray. Cada una es única a su manera, pero las tres están unidas por la excelencia. Las habitaciones, dispuestas en torno a dos patios centrales, están amuebladas con una selección de antigüedades. El patio principal se mantiene fresco incluso en verano; aquí podrá relajarse en las horas más calurosas. Los precios no son excesivos para los servicios que ofrecen.

Un establecimiento idealmente situado a pocos metros del Gur-e Amir, que ofrece habitaciones y servicios de calidad. Algunas de las habitaciones tienen vistas al mausoleo, mientras que la azotea ofrece una magnífica vista del Gur-e Amir y sus alrededores. Por la noche se puede tomar en ella una cerveza para disfrutar de la tranquilidad del barrio. Las habitaciones son espaciosas y están bien decoradas. El personal, que habla inglés, es especialmente agradable. Los precios pueden ser un poco altos en temporada alta, así que intente negociar.

La entrada de mármol es un poco fría y podemos juzgar, a primera vista, que el conjunto carece de un mínimo carácter. Sin embargo, el establecimiento ofrece una buena relación calidad-precio, confort y espacio. Las habitaciones, aunque no están decoradas, son grandes y están situadas en una calle pequeña a un lado del bulevar de la Universidad. Los grandes ventanales proporcionan una buena iluminación en las habitaciones, dispuestas en la planta baja o en la primera planta alrededor de un gran patio en el que se sirven los desayunos si el día es soleado. La suite familiar, con bañera y chimenea, es perfecta para aquellos que viajan con niños.

Mucho más barato que el Khorezm Palace y más cómodo que el Hotel Urganch por el mismo precio. Ofrece 37 habitaciones sobrias y cómodas, equipadas con baños que son un poco o demasiado rosados, pero limpios y funcionales. Las zonas comunes no se han beneficiado de los mismos acabados y desentonan un poco, pero en general la relación calidad-precio es correcta. El hotel cuenta con un gran patio al que asoman siete habitaciones de lujo. Para los viajeros en simple tránsito por Urgench, el establecimiento está perfectamente situado, a tan solo dos kilómetros del aeropuerto. Interesante también porque el propietario ha construido, en el mismo edificio, un bar, una pizzería y un cibercafé. ¡Suficiente para vivir en perfecta autocracia durante toda la estancia!

Olga Daniels tiene tres apartamentos en el centro de Ferganá. Las habitaciones son amplias y limpias. Desayuno por encargo, pero también puede utilizar la cocina de los apartamentos para prepararse sus propias comidas. Estamos lejos de la casa tradicional uzbeka pero, al final, ¿por qué no experimentar también con edificios soviéticos que forman parte de la vida de una gran parte de la población? Olga es muy amable y podrá ayudarle y guiarle durante su estancia.

Se necesitaron dos años de trabajo para renovar este pequeño caravasar y convertirlo en un agradable hotel. Emplazadas en las celdas, las habitaciones no son, obviamente, muy grandes, pero están decoradas con buen gusto en estilo tradicional uzbeko, y confortablemente equipadas. Se articulan en dos niveles alrededor de un patio octogonal y un vasto iwán adorna la segunda planta. Se halla al este del centro de la ciudad, junto al casco antiguo, cerca de Chor Minor y a doscientos metros de Lab-i Hauz.

Este hotel pertenece al operador turístico Marco Polo, con sede en Taskent. Como el resto de establecimientos de este turoperador, el Asia Khiva presenta un aspecto lujoso y cuenta con todo el equipamiento propio de un hotel de alta gama. Fue renovado recientemente y reabierto en marzo de 2018. Ayer todavía era un poco viejo, pero ahora tiene una nueva cara y las actuaciones de remodelación son apreciables. El Asia Khiva tiene la ventaja de estar bien situado, frente a la puerta sur y, sobre todo, de ser el único establecimiento de alta gama en Jiva. Brinda la posibilidad de organizar excursiones guiadas por la región, especialmente para visitar las antiguas ciudadelas.

Este establecimiento del grupo Malika ha elegido muy bien su ubicación: justo enfrente de la puerta oeste, la entrada principal a Jiva. Las habitaciones están bien equipadas, con TV, aire acondicionado y bañera en las dobles. El comedor del restaurante no tiene nada de especial, excepto por el hecho de no estar en el sótano, ser lo suficientemente luminosa y tener vistas al estanque y a la entrada oeste de Jiva. Se come bastante bien por alrededor de diez dólares. Si desea reservar alojamiento, tenga en cuenta que las habitaciones 26 y 30, en la primera planta, tienen vistas a la puerta oeste de Jiva.

El antiguo edificio en forma de U, austero y muy soviético, fue completamente renovado en 2013 para ofrecer habitaciones espaciosas y una decoración agradable y acogedora (un hecho relativamente poco frecuente que aquí cabe destacar). Todo ello en cumplimiento de los estándares internacionales. El conjunto presenta un aspecto muy lujoso y de hotel de negocios. Las habitaciones son espaciosas, todas con un lujoso baño con bañera y acceso gratuito a internet. En la sexta planta, el Shark Yulduzi es un restaurante al aire libre, y su terraza da a la Ópera de Navoi. Una magnífica vista que se puede disfrutar en verano. También en esta época del año se instalan mesas en el jardín del hotel y barbacoas para los amantes de las parrillas.

Las habitaciones más caras son muy espaciosas, mientras que las estándar proporcionan el mínimo para una buena relación calidad-precio... después de haber negociado. En el patio del hotel se puede disfrutar de una gran piscina y un bar-restaurante, donde el personal, desafortunadamente, quizás mantiene demasiado elevados los decibelios. Aire acondicionado y televisión por cable en todas las habitaciones. Organizan excursiones por todo el valle con guía e intérprete. También es posible contratar excursiones a pie o a caballo, siempre y cuando se reserve con antelación. El establecimiento está un poco a las afueras de la ciudad, a tres kilómetros del bazar (comunica con el centro en minibús) y los precios publicados son un poco altos en relación a los servicios que ofrecen.

Una gran casa tradicional del siglo XIX que perteneció a un rico comerciante judío de especias, algodón y té. El patio de entrada está flanqueado por un gran iwán detrás del cual se encuentra la sala del restaurante, con su techo de madera pintada. Las paredes están adornadas con hornacinas donde se alinean libros y jarrones antiguos de China: la colección privada del gerente del hotel. La pared está decorada con frases en hebreo. Una segunda sala de restaurante se encuentra en el sótano, en los antiguos almacenes. Prueba del valor histórico del edificio es que se encuentra bajo la protección de la Unesco. El ambiente es agradable y las habitaciones espaciosas y bien equipadas (mini nevera, TV, wifi). ¡Una apuesta segura y un viaje en el tiempo que son bienvenidos en Bujará!

El hotel aprovechó la renovación de la ciudad para darse un lavado de cara, pero de eso hace ya unos años. El entorno y la atmósfera son bastante neutrales, aún inspirados en gran medida en los grandes hoteles soviéticos, pero el conjunto es limpio y confortable. Algunas de las habitaciones no son muy espaciosas, así que visítelas antes de comprometerse y negocie el precio si no es de su agrado.

Magnífico pequeño hotel situado a 50 metros frente a la entrada sur de Itchan Kala, completamente renovado por su propietario y su hermano, que son carpinteros de profesión. Así lo demuestran las vigas hechas a mano al más puro estilo local. Cada detalle esconde el trazo del cincel y el duro trabajo de un artesano que no utiliza máquinas. El confort es sencillo, pero el ambiente es muy familiar. Toda la familia Shavkhat hará que su estancia en este hotel con encanto sea muy agradable.

Este hotel está situado en el corazón de Kokand, a 500 metros del palacio. Desde hace años, acoge a los viajeros que pasan por allí. Recientemente se le ha hecho un cambio de imagen, por lo que es una buena opción para alojarse en la región. Las habitaciones son grandes, los baños han sido finalmente remodelados y el trato es muy agradable. Su decoración kitsch nos gusta a pesar del mal gusto. La comodidad de las camas es al azar: pruebe su colchón antes de aceptar la habitación. Algunos miembros del personal hablan algo de inglés, lo que le facilitará la comunicación. Los precios que se muestran para los extranjeros son, obviamente, negociables. No dude en pedir un descuento, sobre todo si se aloja más de una noche.

Idealmente situado junto al bazar Chorsú, cerca del metro y de las principales líneas de autobuses, se trata de una gran casa tradicional. El almuerzo se sirve en un takhtan bajo los árboles; Gulnara elabora mermeladas de caqui que son una pura maravilla. La casa es agradable y está bien organizada. Las habitaciones más grandes han sido convertidas en dormitorios, mientras que el resto son cómodas habitaciones, las más caras con cuarto de baño privado. En la sala común encontrará una pequeña librería de viajes donde podrá intercambiar sus libros. Aquí disfrutará, durante toda su estancia, de una cálida y amistosa hospitalidad. Si avisa con antelación, pueden recogerle en el aeropuerto o llevarle (servicio de pago).

Al entrar en Boysun, a la derecha, un discreto letrero indica el hotel Boysun. En realidad es una casa de huéspedes. Salim Aka le dará la bienvenida a su casa: ofrece seis habitaciones, tres dobles, una triple y dos con capacidad para cinco personas. El conjunto está muy limpio; las duchas son compartidas. Las habitaciones están dispuestas alrededor de un patio central donde se sirve el desayuno. Una buena oportunidad para entrar en contacto con una familia local.

Este hotel abrió sus puertas hace pocos años y se mantiene bastante bien. La limpieza es ejemplar, con ropa de cama cómoda, habitaciones espaciosas y una cálida bienvenida. Las habitaciones no tienen baño privado: la ducha está en la planta baja y es compartida, pero extremadamente limpia. Una opción ideal para hacer escala en la región. En el comedor sirven un desayuno decente, y se puede comer y cenar,  previa reserva. Su cocina es local y tradicional.

Este nuevo hotel ofrece confortables habitaciones en el corazón de la ciudad. Al igual que el establecimiento anterior, el conjunto no desprende gran encanto y algunas de las habitaciones son algo pequeñas, pero para hacer una parada de una noche, la comodidad es suficiente. Aunque parece que ambos establecimientos se han puesto de acuerdo en las tarifas, aquí también puede negociar en función de la duración de la estancia y de lo lleno que esté el hotel en el momento de la visita. El desayuno, tipo bufé, es decente.

Este hotel relativamente nuevo está situado en el centro de Qarshi. Los precios fijados son claramente excesivos en relación a los servicios y a la comodidad que ofrece, así que no tenga miedo de ser exigente visitando varias habitaciones y negociando las tarifas, especialmente si va a pasar más de una noche en la ciudad. En cualquier caso, si hace escala en Qarshi, es una opción a tener en cuenta: las habitaciones son bastante pequeñas y sencillas, pero no son demasiado incómodas y no hay mucho más que compita con el establecimiento

¡Cuidado con los ojos! Este es el hotel más emblemático de la reconstrucción de Andiyán: columnas, mármol falso, dorados, hormigón macizo, carpintería falsa... lo tiene todo. Es un verdadero templo del mal gusto, pero es el orgullo de la ciudad. Obviamente no para todos, ni está al alcance de todos los presupuestos, pero vale la pena visitarlo. Las habitaciones son amplias y confortables: para este palacete, no esperábamos menos. Queda por ver cómo envejecen los materiales utilizados en la construcción, que no son precisamente de primera calidad.

Tenga cuidado, no se deje engañar por la fachada «neoclásica» y por el nombre del hotel: tampoco es un palacio para las élites... No está mal pero las habitaciones no son muy grandes, las camas podrían ser un poco más cómodas y la decoración debería modernizarse. Sin embargo, es un ejemplo típico de los nuevos edificios de Andiyán, que aún mantienen unos precios asequibles. Conviene negociar, como siempre, ya que las tarifas reflejan la clientela, más orientada a los negocios que al turismo.

Este hotel abrió recientemente sus puertas cerca del aeropuerto, y se dirige principalmente a viajeros de negocios. No es ideal para visitar Namangán y tendrá que tomar taxis para ir al centro de la ciudad. Sin embargo, dado que Namangán carece absolutamente de opciones de alojamiento, esta es una buena alternativa en el valle. Las habitaciones son sencillas pero limpias. Las camas no son muy cómodas, pero aún así es aceptable. Por otro lado, no dude en regatear los precios, que son demasiado altos teniendo en cuenta la ubicación y los servicios.

Este hotel está situado en un pequeño y tranquilo callejón con vistas a la calle Istiqlol. El conjunto es limpio y confortable, con habitaciones agradables pero básicas. Algunos miembros del personal hablan inglés, lo que le facilitará las cosas en el momento de negociar el precio de la habitación. El trato es agradable, lo que la convierte en una buena opción a precios bajos.

Este pequeño hotel de tres plantas de reciente construcción ocupa un lugar de honor en la familia de Art Hotels de la capital. Está situado en una zona residencial, entre dos de las vías más importantes y animadas de Taskent (las calles Shota Rustavelli y Nukus ko'chasi). El desayuno halal está incluido y es muy razonable. Las habitaciones son amplias y confortables, con minibar (sin alcohol) y albornoz. El cajero automático y la posibilidad de cambiar dinero en recepción en cualquier momento son de gran ayuda.

Frente al Grand Samarkand, el Grand Samarkand Superior ofrece la misma gama de servicios y la misma calidad que su hermano mayor en cuanto a instalaciones y decoración de las habitaciones. Construido más tarde, se beneficia de instalaciones adicionales que no tiene el antiguo, como la piscina, la sala de fitness y la sauna. La atención de lujo y su restaurante, muy recomendable, hacen de él un establecimiento excelente por un precio que, a pesar de todo, sigue siendo razonable.

Cerca del aeropuerto de Navoi, este hotel de lujo nunca dejará de sorprendernos. De hecho, ofrece lujosas habitaciones de categoría internacional. Encontrará todo el confort. El conjunto es un poco frío pero tiene la ventaja de no ser demasiado llamativo o de mal gusto. Es caro, con los precios de un hotel de lujo, pero puede ser una escala cómoda en una región que es muy pobre en infraestructuras hoteleras.

Confortable y de nueva construcción, este hotel es probablemente el único de Uzbekistán que ofrece un restaurante (con un copioso desayuno) 100% vegetariano. Dispone de veintitrés habitaciones sobrias, sin estridencias, con materiales que dan prioridad a la madera para un ambiente acogedor y cálido. A doce minutos de la estación de metro Pushkin y a diez en taxi de la estación central, se encuentra cerca de numerosos restaurantes tradicionales y de fusión. Su restaurante Eco Café, en el sótano, se ha convertido en un auténtico centro cultural entre los jóvenes de Taskent.

Esta agencia alquila sus dacha por día o por semana a orillas del embalse de Charvaq. Desafortunadamente, tendrá que hablar ruso para poder alquilar una de estas casas de campo, ya que el sitio web no ofrece una opción en inglés. Además, contemple el alquiler de un coche, ya sea con un conductor desde Taskent o en el mismo lugar, para no quedar demasiado aislado. Hay muchas dacha para alquilar y, por tanto, las hay para todos los (malos) gustos.

Muy bien situado, a menos de un kilómetro del embalse, este complejo turístico fue inaugurado hace unos diez años y sigue siendo uno de los lugares más populares de la zona. Sus principales atractivos son la playa, la sauna y la contemplación del paisaje desde el balcón de las habitaciones, bien organizadas y equipadas. Impecable para moverse por la zona de Chimgan, aunque las tarifas de las habitaciones se justifiquen más por las vistas al embalse que por su calidad, pues no ofrecen nada extraordinario.

Por supuesto, no queremos que duerma tan cerca de Navoi. Pero si por alguna razón se encuentra atrapado en la noche, encontrará este hotel a la salida de Karmana, particularmente práctico y agradable. Con su fachada azul con ribetes amarillos, es imposible no verlo. Las habitaciones son de estilo uzbeko, un poco kitsch pero muy bien cuidadas y confortables. El balcón es un pequeño extra que ofrecen las habitaciones del lado de la calle. También es posible cenar en el restaurante del hotel. Se necesitan unos 15.000 som para una comida completa.

Una excelente relación calidad-precio para este nuevo establecimiento que sufre un poco por su ubicación fuera del casco antiguo. Como resultado, las habitaciones son más baratas en relación a la calidad de sus prestaciones; sin olvidar que estará cerca del Gur-e Amir, a unos quince minutos a pie desde el hotel. Todas las habitaciones están equipadas con televisión, aire acondicionado y nevera. Los baños tienen bañera. La decoración es muy sencilla, hay espacio y confort, y el servicio es agradable. Para llegar al centro de la ciudad, si no quiere caminar, solo es necesario un corto viaje en taxi o bien tomar una de las muchas marshrutkas que conectan el bulevar de la Universidad con la calle Registán, todo ello en menos de cinco minutos.

Los propietarios rescataron ladrillos del siglo XVII para reconstruir el hotel al estilo bujarí tradicional. El establecimiento está dividido en tres partes: Mizifa Inn, Minzifa Boutique Hotel y Caravan Saray. Cada una es única a su manera, pero las tres están unidas por la excelencia. Las habitaciones, dispuestas en torno a dos patios centrales, están amuebladas con una selección de antigüedades. El patio principal se mantiene fresco incluso en verano; aquí podrá relajarse en las horas más calurosas. Los precios no son excesivos para los servicios que ofrecen.

Situado en el corazón de la ciudad y a diez minutos a pie del palacio, el hotel Khan ofrece habitaciones cómodas y bien equipadas (televisión, aire acondicionado, wifi). La decoración duele un poco, en un estilo que mezcla lo burgués y occidental, y las habitaciones no son muy espaciosas, pero es un establecimiento fiable. ¡Aquí también puede regatear los precios! Se puede cenar en el hotel, siempre que se haya reservado el día antes o por la mañana. La recepción también tiene contactos con guías locales (de habla inglesa).

A primera vista, la fachada gris no invita a entrar, pero el ambiente cambia en cuanto se cruza la puerta de entrada. Es muy espacioso y tiene un toque exótico en los muebles de madera y las plantas verdes, que un loro enjaulado parece vigilar de cerca. Las habitaciones no son exactamente «boutique», un término un poco manido en Uzbekistán, pero están limpias y son agradables. En general, el Falcon ofrece una buena relación calidad-precio dada su ubicación privilegiada. El desayuno se sirve en una luminosa sala contigua a la recepción.

El Arkanchi ha sido, durante mucho tiempo, el must de los hoteles de Jiva. Está situado en Itchan Kala, no muy lejos de la puerta oeste, pero un poco alejado de la calle principal, lo que le asegura una agradable calma. Sin embargo, en 2011 la dirección emprendió una remodelación que eliminó todo el carácter tradicional de este antiguo B&B para darle la apariencia de un hotel gris. Además, los trabajos se realizaron de forma apresurada. Las habitaciones tienen un pobre linóleo en el suelo y el patio, rodeado de balcones, ha perdido todo su encanto de antaño, así como sus vistas del casco antiguo.
De todas formas, con sus 41 habitaciones es uno de los pocos establecimientos que a veces tiene algunas camas disponibles durante los picos de la temporada. Negocie las tarifas porque, incluso, para un hotel en el corazón de la ciudad vieja es un poco caro, sobre todo si tiene en cuenta en lo que se ha convertido. En el restaurante, por otro lado, siempre sirven, por encargo, platos tradicionales o europeos bien elaborados

Escondida al final de una callejuela tranquila y discreta, se ha hecho un esfuerzo por dar carácter a esta antigua casa dispuesta alrededor de un pequeño patio, con balcones de madera y artesanía en las paredes. Las habitaciones son espartanas, sin nada especial, pero cómodas y económicas, y el personal es siempre amable. Si a esto le añadimos una ubicación impecable, justo detrás del Registán y a un tiro de piedra del bazar, unos desayunos excelentes y tranquilidad, la relación calidad-precio es muy buena.

Este hotel, construido en 1963, tiene una arquitectura interior asombrosa, con escaleras de mármol, lámparas de araña y frescos en las paredes que no concuerdan en absoluto con la comodidad de las habitaciones. Estas son muy sencillas, equipadas con TV y aire acondicionado, y todas tienen un pequeño baño, incómodo pero funcional. El edificio está en el centro de la ciudad, frente al teatro y cerca del bazar.

La renovación de este gran mastodonte soviético se completó a principios de 2013. Al menos tuvo el mérito de devolver un poco de brillo a un edificio dominado por el gris de la era comunista. El resultado del trabajo carece de carácter, pero al menos las habitaciones son limpias, cómodas y relativamente espaciosas. La principal ventaja de este hotel es su ubicación, muy céntrica, cerca del bazar y del parque. Se trata de una oportunidad para alojarse en buenas condiciones en lo que una vez fue el mejor alojamiento, antes de décadas de abandono.

El único recurso para aquellos que hagan una escala en Denov antes de entrar en Tayikistán hacia Dusambé. Pida ver las habitaciones y elija las equipadas con aseos y baño. Como en todos los antiguos hoteles soviéticos, también hay una categoría de lujo, pero es claramente excesiva, a menos que insista en tener un pequeño salón con televisión además de la habitación. El resto de las habitaciones se negocian: no ofrecen todas estas comodidades. No hay desayuno, así que toca ir a las chaikhanas.

Lo último en lujo, con techos de mármol, cristal y amplias y luminosas habitaciones. Pero, al final, hay muy pocos servicios y equipamientos dignos de un hotel de cuatro estrellas. Sin acceso a Internet ni teléfono internacional, con intermitencias en el agua caliente y un restaurante con el menú mínimo... En definitiva, no espere dormir en un Meridien en el sentido occidental... El hecho es que el establecimiento es considerado un hotel de lujo en Termez. El centro de la ciudad está a menos de un kilómetro y medio de distancia.

El hotel más nuevo de Termez. Muy bien situado, entre el ayuntamiento y la catedral, cerca del centro moderno. Las habitaciones son muy amplias y están equipadas con frigorífico, aire acondicionado y televisión. La tarifa «luxe» corresponde a una sala adicional en la habitación utilizada como salón. Por otro lado, el baño rosa con bañera de esquina y la lámpara de araña toda rosa en vidrio soplado que imita las hojas de laurel son una constante en todas las categorías.

Cerca de la colina de Afrasiab, cuenta con dieciocho habitaciones de estilo europeo, amplias y bien amuebladas. Algunas están equipadas con duchas de hidromasaje. Dispone de piscina cubierta, sauna y un hermoso jardín en la parte trasera para pasear después de un día de visita en Samarcanda. Una buena relación calidad-precio, pero, desgraciadamente, un poco lejos para realizar las visitas a pie y las instalaciones se estropean a menudo. Es algo que suele ocurrir en Uzbekistán, pero aquí el personal es un poco lento para arreglar las cosas. Es una pena, porque el establecimiento lo tiene todo para ser una excelente dirección.

Como el resto de establecimientos de la cadena Asia, la principal ventaja de este hotel es que está perfectamente situado para visitar todos los puntos de interés de la ciudad vieja. Se encuentra a un tiro de piedra del Registán y de la mezquita Bibi Khanum. Se pretende que los servicios sean de alta calidad, pero tampoco son de estándar internacional. Lástima, porque, por lo demás, no hay mucho de lo que quejarse: piscina exterior, bar nocturno, restaurante, sauna, oficina de cambio... Todo el equipamiento propio de un cuatro estrellas. El personal es amable y habla inglés.

El hotel Zarina goza de una excelente ubicación, a medio camino entre el Gur-e Amir y el Registán. Sus habitaciones están dispuestas alrededor de un patio con una pequeña piscina y cuenta con vistas hacia el mausoleo adyacente. Las habitaciones estándar no tienen nada especial y son un poco caras, pero las de la parte más nueva del edificio son cómodas y están bien equipadas. Por desgracia, el desayuno es limitado y se sirve en el sótano. No es el mejor alojamiento de Samarcanda, pero está bien y es tranquilo.

Parte de la cadena Malika, mantiene sus mismos estándares: las habitaciones son confortables, están decoradas con sobriedad y disponen de bonitos cuartos de baño. La ubicación es impecable, a pocos metros del Gur-e Amir. Algunas de las habitaciones ofrecen una buena vista del mausoleo, pero en temporada alta hay que pedir las habitaciones del fondo para evitar el flujo constante de autobuses turísticos. Si no, la azotea también permite unas vistas mágicas del Gur-e Amir, ideal al atardecer o en las horas más cálidas, bajo la agradable sombra del iwán.

En la línea de la cadena Malika, aquí ofrecen unos servicios impecables a precios que siguen siendo accesibles. Todas las habitaciones están equipadas con televisión y aire acondicionado. Acceso a internet y teléfono internacional en la recepción. Las habitaciones están distribuidas alrededor de un gran patio cuidadosamente mantenido que imita el estilo tradicional uzbeko. En el restaurante sirven, por encargo, platos tradicionales o europeos. El único inconveniente es su ubicación, alejada del centro y bastante mal comunicada. Esto llevó a la construcción del Malika Prime en las inmediaciones de Gur-e Amir, pero, en términos de ambiente, servicio y confort, seguimos prefiriendo el Malika Classic.

Como todos los establecimientos de la cadena Asia, la ubicación es impecable, entre el Lab-i Hauz y la cúpula de los Sombrereros. Se temía que la presencia de este hotel distorsionara la arquitectura circundante, pero el resultado no es tan catastrófico en comparación con otros hoteles que han aparecido recientemente en el casco antiguo. Su fachada evoca las formas y los colores de las madrasas de la ciudad. De todas formas, el conjunto carece de encanto y autenticidad.

Ahora es el establecimiento más cercano al estanque central, Lab-i Hauz. Este hotel de lujo ofrece modernas comodidades y confortables habitaciones muy bien cuidadas. Algunas habitaciones de la categoría deluxe disfrutan de unas vistas magníficas sobre el estanque. Ofrece un bonito patio con iwán para desayunar y cenar; además cuenta con un comedor en el sótano para los días de lluvia. Lujo al estilo occidental sin alejarse del centro de la ciudad..