Las habitaciones de huéspedes más bonitas Uzbekistán

¡Este hotel no podía tener mejor nombre! Es, literalmente, el oasis de Hélène dentro del oasis de Bujará, y sin duda uno de nuestros favoritos. Una vez que haya entrado por la puerta de esta hermosa casa, se sentirá particularmente bien, como si hubiera llegado a su propia casa temporalmente en mitad de un largo viaje. Hélène es una francesa que se apasionó por Bujarà después de haber realizado varios viajes. Hace unos años, tras jubilarse, decidió dar el paso: compró una casa en un callejón tranquilo del casco antiguo y la renovó para transformarla en una casa de huéspedes. Pionera, porque fue la primera europea en abrir un hotel en Uzbekistán, lo convirtió en un gran éxito y le insufló un alma extraordinaria. Desde marzo de 2015, Hélène, asistida por su equipo, ofrece veinte habitaciones encantadoras y confortables, organizadas en torno a un amplio, tranquilo y fresco patio interior. Cada habitación lleva el nombre de una figura histórica vinculada a Uzbekistán y a la Ruta de la Seda (Avicena, Alejandro Magno, etc.). En ellas encontrará buen gusto, fantasía y practicidad. Los juegos de ropa de cama suzani combinan con las cortinas, y los armarios caseros son especialmente ingeniosos (barras de madera suspendidas con dos cuerdas de algodón fijadas al techo); siempre hay una ducha grande y un mueble de baño para organizar sus pertenencias. La cordialidad durante los desayunos es ya una firma de Hélène Oasis. Cada mañana experimentará el placer de estos largos y ricos desayunos caseros, especialmente los domingos, cuando hay más tiempo. Lejos de esos horrorosos concentrados servidos demasiado a menudo aquí y allá, beberá deliciosos zumos caseros que cambian diariamente (grosella negra, frambuesa, albaricoque, etc.). Panqueques al estilo francés, huevos fritos y arroz con leche casero se alternan en el menú. En la mesa encontrará pan, mantequilla, miel, pasteles, yogures locales y deliciosas mermeladas caseras de limón, zanahoria, manzana o cáscara de cítricos. Hélène siempre está atenta y es muy amable con sus huéspedes. Todo el equipo está disponible durante todo el día para proporcionarle información valiosa sobre la ciudad y la región. La estancia pasa rápidamente y uno se marcha un poco a regañadientes de un lugar que queda como uno de los momentos más bellos del viaje. Posibilidad de aprovechar los servicios de Javlon, el conductor, que puede llevarle a la estación o a realizar alguna excursión. Además, podrá beneficiarse de una buena red de contactos y guías que le ayudarán a organizar su viaje por el país.

Probablemente, una de las opciones de alojamiento más agradables fuera de las murallas de la ciudad vieja. Muy bien situada, esta casa de huéspedes ofrece bonitas habitaciones, cómodas y limpias, en un entorno agradable y con una decoración sencilla pero de éxito. Todas se encuentran alrededor de un íntimo patio central. Pronto se sentirá como en casa. Un personal amable, diligente y atento proporciona un trato cálido, perfectamente a la altura de la reputación de hospitalidad de los habitantes de Corasmia. La pequeña tienda de recuerdos en la planta baja ofrece una amplia gama de artesanías locales seleccionadas. ¡La mejor relación calidad-precio en Dichan Kala!

El profesor de francés de la escuela local, Ozod Touraev, recibe regularmente a los visitantes de paso. Es una manera ideal de descubrir la vida cotidiana de la zona, de degustar la buena comida que preparan las mujeres de la casa, de respirar y descansar un poco en paz y de hablar de la vida de un profesor de idiomas tan lejos de Europa. La escuela tiene 240 niños y, entre ellos, los mayores reciben clases de francés durante uno o dos años. Todos los miembros de esta familia son encantadores y es agradable poder comunicarse y descubrir otra forma de vida con una persona tan simpática. El alojamiento es sencillo y auténtico, por lo que es de esperar que se produzcan frecuentes cortes de electricidad. Sin embargo, no falta el agua, ya que hay un pozo en el pueblo; pero deberá pedir que le calienten un poco de agua para ducharse porque hace mucho frío, lo normal en las montañas.

Este tradicional B&B, que fue sometido a una importante renovación en 2017, está situado en el corazón histórico de Samarcanda, en el emplazamiento de un antiguo caravasar y en las inmediaciones de los principales monumentos: el mausoleo Gur-e Amir, Ak Saray, Rukhobod, la plaza del Registán, la mezquita Bibi Khanum y el famoso bazar de Siyob. La terraza ofrece una vista excelente de Gur-e Amir (de ahí su nombre) y del Registán. Siendo una de las primeras casas de huéspedes de la ciudad, el B&B Emir se ubica en una bonita residencia que perteneció a los antepasados del actual propietario, el señor Olim Rafiev (antiguo propietario del B&B Antica), quien ha centrado aquí toda su atención. Ardiente defensor de las técnicas tradicionales, estas tienen una presencia destacada en su hotel, donde predominan los materiales y las técnicas tradicionales de construcción y ornamentación uzbekas: madera, cerámica, lana y ganch (los famosos grabados cincelados sobre el propio material constructivo —generalmente madera— y que se encuentran en los techos y puertas de las hermosas casas tradicionales). Las paredes de la casa están cubiertas con ladrillo de adobe natural, tradicionalmente utilizado en climas cálidos. Contribuyen a un muy buen aislamiento a la vez que filtran el aire y mantienen un microclima saludable en el interior. El hotel ofrece habitaciones (desde individuales hasta cuádruples) que pueden ajustarse a las necesidades de los viajeros individuales y de los grupos pequeños. Tiene una buena relación calidad-precio.

Pequeña pensión familiar bien mantenida, gestionada con cariño y esmero, que ofrece cuatro habitaciones en total, con dos dobles y dos twin a precios atractivos. El desayuno está incluido. La anfitriona Irina puede organizar visitas guiadas y excursiones a medida para sus huéspedes.

Es una casa de huéspedes tal y como nos gustan, con su cálido confort y su ambiente familiar. Situada en una zona tranquila, la casa está rodeada de un verde jardín, lo que se agradece especialmente en verano, cuando los días son calurosos en Taskent. Las habitaciones están limpias y bien equipadas. Anvar y su familia están a su disposición las veinticuatro horas del día para ayudarle y apoyarle durante su estancia. Organizan excursiones, visitas y recorridos cortos y largos a precios muy atractivos, a partir de 40 € según el tamaño del grupo.