Dónde comprar pan pasteles chocolates y helados Región Capital

Este salón de té inaugurado en 1870 por iniciativa de un joven pastelero, Nicolaus Henningsen, sigue siendo una institución en Copenhague. Con sus paneles de caoba, sus vitrinas a la antigua y su mostrador de latón, es un establecimiento de visita obligada en el país de los dulces. Podrá probar la especialidad que da energía, el sportskage o «pastel del deportista». Comprenderá enseguida que necesitará mucho aliento para acabarse los generosos y cremosos trozos que sirven. El helado es, obviamente, una de las especialidades que hay que probar. Si está a dieta, la fachada de la tienda es suficiente para alegrarse la vista.

En cuanto vea el escaparate se le hará la boca agua. Buka es una pequeña panadería situada cerca de Kongens Nytorv. Una modesta tienda con techo alto y unas cuantas mesas de bistró, una trastienda con obradores de pan y una diminuta cocina abierta con una magnífica barra de cobre donde los clientes pueden sentarse a ver trabajar a los chefs. Es relajado, el lugar perfecto para disfrutar de un tentempié con una copa de vino o una cerveza artesanal, o para una merecida pausa para picar algo después de un ajetreado día de visitas.

Todo empezó con una historia de amistad entre dos colegialas de la isla de Bornholm, Tina y Charlotte, a las que se les ocurrió la idea de elaborar estos deliciosos caramelos de fabricación local. Los hay de todos los sabores. Tras practicar en su cocina y encontrar por fin la técnica adecuada, abrieron su taller-tienda en 2006. Los caramelos tienen nombres originales: rocking stone o granito para los caramelos duros; summer flirt (coqueteo veraniego), touch of sun (toque de sol) o dusk (atardecer) para los blandos.

Esta fábrica de chocolate existe desde 1923, e incluso hoy en día los bombones se elaboran en las propias instalaciones. Una dirección gourmet dirigida por Tina Jacobsen. Ofrecen una selección de chocolates clásicos, así como muchos nuevos. La especialidad de la casa: la bola de nieve, con una base de gofre y un poco de nata fresca... ¡solo un poco! Una idea cuando menos original: ¡puede comprar su propio árbol de cacao de su plantación colombiana! Es una forma estupenda de apoyar a los agricultores locales y darse un capricho al mismo tiempo. En la cafetería contigua sirven chocolate caliente y helados.

Amantes de la comida, ¡no se lo pierdan! Una dirección inspirada en los recuerdos de postres de la infancia. Una magdalena francesa sin Proust Podrá admirar los deliciosos pasteles en el escaparate y disfrutar de un delicioso momento de indulgencia. Aquí podrá disfrutar de pasteles con un toque especial. A Le Petit Futé le encantó la Dolce tentation: un shortbread de crema Alpaco de pistacho y chocolate con ganache de pistacho y azahar. ¡Difícil resistirse! ¿Un tentempié o un almuerzo? Elija la opción bistro.

Se dice que esta pequeña panadería del corazón del Barrio Latino es la más antigua de Copenhague. Siempre han preparado bollería típica y diversos tipos de pasteles para llevar. La especialidad de la casa es el tebirke, un brioche hojaldrado relleno de mazapán y espolvoreado con semillas de amapola. Pero solo los miércoles se puede probar el onsdagssnegle, un delicioso rollo de canela. No se preocupe, no será el único que haga cola fuera. ¡Cada miércoles se venden más de cuatro mil!

Ambiente retro y mucha gente. No es fácil encontrar esta dirección algo perdida en la isla de Amager. Pero verá a muchas familias con sonrisas en sus rostros, exhibiendo helados gigantes. ¡Sigue la cola! Una dirección abierta todo el año. Además de los sabores ligeros y afrutados del verano, el otoño y el invierno ofrecen sabores más cremosos, como el helado de Baileys o el sorbete de champán. Helados ecológicos, sin aditivos y de calidad, para degustar en la terraza o en el bonito salón decorado con brillantes azulejos verdes Ambiente sesentero garantizado.

Tres locales en Vesterbro y Nørrebro para deleitarse con un nuevo tipo de helado. Nicecream Copenhagen, fundada en 2015, elabora helados vegetales. Sí, son helados 100 % veganos elaborados con leche de coco ecológica, azúcar de caña ecológico e ingredientes de alta calidad. Pero eso no significa que las bolas no sean cremosas y sabrosas. Hay seis sabores clásicos y uno de temporada. Los reconocerá por su logotipo: ¡un simpático oso panda con un gorro de Papá Noel en la cabeza!

Cuando pasees por Vesterbro, te llamará la atención el cartel de Siciliansk Is. Y con razón: hay mucho para salivar. Una mano sosteniendo un cucurucho de helado señala... una heladería. Una heladería danesa inspirada en sabores sicilianos como la mandarina, el limón y las almendras, deliciosos a más no poder. Le encantará el helado de azafrán, rosa, pistacho, ralladura de limón y aceite de oliva. Pero no se olvida de los sabores locales: koldskaal (yogur fresco que se toma cuando hace buen tiempo) o los inevitables lakrids (regaliz).

Un poco alejada de la calle principal de Amagerbrogade, en una encantadora placita, Alice le deleitará con sus delicias. Aquí, el café se prepara con esmero y se compra a Koppi, un tostador especializado cuyos cafés se seleccionan y procesan con amor y ética. Se acompaña con cruasanes caseros y bollos de canela. Por último, cuando hace buen tiempo, venga a probar uno de sus deliciosos helados caseros, servidos en un cucurucho de barquillo de mantequilla —siempre casero— tan sabroso y crujiente como pueda imaginar, o en una terrina pequeña.

¿Busca un lugar alejado del bullicio de las carreteras principales? Este es el lugar para ti. Escondido entre las casas de la orilla del lago de Østerbro, Leckerbaer sirve deliciosos pasteles y bollos caseros Magdalenas tradicionales danesas con un toque. También es un placer para los ojos, ya que son muy bonitos de ver Y son tan refinados y delicados que casi no te atreves a morderlos... Tómese un descanso con una taza de café orgánico, por supuesto, o llévese sus golosinas a casa en bonitos paquetes.

Lakrids es la especialidad danesa, que encontrará en cualquier lugar del país. La historia cuenta que el joven Johan Bülow decidió abrir una tienda en su pueblo natal. Su idea era cocer regaliz en la tienda y difundir su fragancia por todas partes. Y funcionó. Todo se agotó en menos de dos horas. El último cliente incluso compró el cuenco de degustación que había en el mostrador. El regaliz se consume hoy en toda Escandinavia. Nuestro favorito: habanero y fruta de la pasión.

Svaneke Chokoladeri es una tienda-taller que conquista a todo el mundo. De hecho, ¡todo son delicias! El único problema de esta chocolatería es que ¡hay mucho donde elegir! Para disfrutar en el local con un café o para llevar. Las especialidades incluyen espino amarillo de Bornholm, mazapán de jengibre y albaricoque, trufa de coco o bombones rellenos (café con leche/caramelo, fondant de menta o turrón clásico). Y no se olvide de los bollos de crema de frambuesa y arándanos, vainilla clásica o quizás moca. ¡Incluso podrá ver cómo se elaboran!

Una mano con 2 ojos es el nombre de HART BAGERI. Creada en 2018, esta pastelería siempre está ocupada. Siempre hay cola estés donde estés en Copenhague. En una capital amante de los panes y la bollería, Richard Hart (rey de las baguettes de masa madre en Tartine, San Francisco) se ha instalado en este nuevo proyecto, que es todo un éxito. Respaldado por el restaurante Noma, que quería el mejor pan del mundo, se ha labrado su reputación. Copenhagueños y turistas acuden a degustar bocadillos y hojaldres con cardamomo, arándanos...

Creada hace cinco años, esta panadería atrae todas las miradas: panes bonitos y variados, cereales de calidad y pasteles que cambian según lo que haya disponible. Detrás de la historia de Lille se esconde el deseo de trabajar con productos de calidad y de colaborar con agricultores y pescadores locales comprometidos, sin utilizar productos químicos y dejando respirar a la tierra... Todas buenas razones por las que el pan, las ensaladas, las quiches, las galletas y los yogures son tan deliciosos Abierto desde el desayuno hasta la merienda.

Una visita obligada en Copenhague: los lakrids. Caramelos formados por una perla de regaliz envuelta en una colorida cáscara crujiente. Johann Bülow abrió su primera tienda el 7 de julio de 2007. Su idea era audaz: hacer que los daneses quisieran comer regaliz. ¿Y cómo? Hirviéndolo en las propias cubas de la tienda y dejándolo oler a 100 metros de distancia. Y ha funcionado Diferentes sabores para esta cobertura que es tan bonita a la vista como deliciosa al gusto. Chocolate, fruta de la pasión, caramelo salado, crema de limón... ¡Lakrids para siempre !

Una vez más, un mundo de delicias sabrosas y ecológicas. Encontrará Emmerys en varios lugares de la capital, una ventaja definitiva cuando quiera comer sin arruinarse pero con calidad y variedad. Y si cuando acaba de comer está a punto de caer rendido ante las magníficas tartas de frutas, ya sabe que la ocasión se le presentará fácilmente durante su estancia. Focaccia, ensaladas mixtas, rollos de canela, pero también panes de cereales, porque Emmerys es ante todo una panadería muy frecuentada por los daneses.