Veranos secos e inviernos suaves

La temperatura media anual de la costa y el centro es la más alta del país continental y una de las más altas de toda la Península Ibérica. La sequía, que suele durar de junio a agosto, se debe al fenómeno meteorológico del anticiclón de las Azores. Durante este período, se espera que las temperaturas no bajen de 20 °C. Con un promedio anual de más de 18 °C, el Algarve está cerca de las condiciones climáticas subtropicales. Este clima particular ha permitido que se asiente una rara biodiversidad, y algunas especies endémicas no existen en ningún otro lugar.

Las mejores épocas para visitarlo son en primavera y otoño, cuando el clima está en su mejor momento. De hecho, en esta época, las temperaturas son suaves y agradables y el clima generalmente permanece estable y soleado.

Las temperaturas máximas fluctúan a lo largo del año entre 15°C (enero) y 35°C (julio). La costa con kilómetros de playas de arena blanca ofrece un mar tranquilo con aguas cálidas que fluctúan entre 16 y 22 °C en verano. Afortunadamente, la fresca brisa marina ayuda a reducir los efectos del sol en verano, y las cálidas aguas del Atlántico permiten disfrutar de los deportes acuáticos.

Entre octubre y febrero se producen algunas concentraciones de lluvias torrenciales, siendo noviembre y diciembre los meses de mayor riesgo de lluvia. Estas lluvias son a menudo bienvenidas por los habitantes, permitiendo la fertilización de hectáreas de tierras de cultivo muy activas. Los promedios anuales son menos de 600 mm para la mayoría de la costa y pueden exceder los 1.000 mm en las montañas. Las heladas y las temperaturas negativas son muy raras y sólo ocurren en las regiones montañosas del Algarve, sólo por la noche con vientos del norte y noroeste.

Incendios forestales devastadores

En ocasiones, la región está sometida a altas temperaturas de hasta 47°C, lo que provoca incendios espectaculares. El medio ambiente también contribuye al problema, ya que la región está plantada de pinos y eucaliptos muy inflamables, cortados por valles y barrancos de difícil acceso. Por ello, los portugueses trabajan en otras formas de limitar el riesgo de incendios en el país. Los investigadores estudian, en particular, el concepto de territorios inteligentes en materia de incendios. Se trata de implicar a los ciudadanos en actividades voluntarias de lucha contra los incendios forestales ofreciéndoles, por ejemplo, evaluar sus casas.
O ayudándoles a identificar las acciones concretas que deben emprender para reducir los riesgos, como elegir las especies vegetales adecuadas o desbrozar la maleza en lugares estratégicos. Otra de las ideas que se les ha ocurrido es utilizar.... ¡cabras! Como en California, las cabras están ayudando a combatir los incendios forestales. ElNew York Times dedicó incluso un artículo a este sorprendente proyecto piloto, lanzado oficialmente por el gobierno. La idea es sencilla, ecológica y eficaz: las cabras recorren los matorrales, se dan un festín de brezos, retamas y arbustos, y dejan tras de sí lugares despejados, sobre todo los más escarpados y rocosos, contribuyendo así a limitar la propagación del fuego en caso de incendio. ¿La salvación de la región vendrá del pastoreo?
En resumen, el Algarve sigue siendo un destino atractivo todo el año. Su clima lo convierte en un refugio ideal contra los duros inviernos del norte de Europa. Este clima suave, las largas extensiones de playas vírgenes, la naturaleza en el centro del viaje y la innumerable oferta de paseos permiten incluso a algunos visitantes despiertos dar prioridad a la experiencia e ir a contracorriente de las estaciones.