Los mejores museos Pirineos Atlánticos

Completamente restaurado por la ciudad, el fabuloso Pavillon des arts y su terraza en la azotea, utilizada como explanada para el funicular, han recuperado en los últimos años el esplendor de su pasado. Antiguo edificio de baños y duchas en funcionamiento desde 1831 hasta 1884, es uno de los testigos arquitectónicos de las primeras transformaciones de la ciudad en la segunda mitad del siglo XIX. En 1884, la municipalidad compró el edificio e instaló el Casino (el Palacio Beaumont no se construyó hasta 1899). Es entonces un lugar de vida mundana. Con la llegada del nuevo siglo, el Pabellón y todo su sector fueron modificados, el palmeral fue instalado en 1900 y el funicular en 1908. El edificio era entonces una notable estructura técnica, monumental vista desde abajo y discreta cuando se estaba en la cima. Su ilusión de un edificio de dos pisos es una hazaña. Se utiliza para albergar eventos municipales, oficinas, exposiciones, dependiendo del año. Hoy en día este lugar de acogida de exposiciones, en particular las del CAUE 64, debates y encuentros culturales, es un verdadero lugar de vida en la ciudad, creando además un vínculo entre sus partes más bajas y más altas.

Al cruzar la rotonda que conduce a Biarritz Océan y al acuario de Biarritz y la Cité de l'Océan, es imposible quedarse indiferente ante la impresionante escultura de diez metros de altura La dama del mar. La Dama despliega las ondas de su impresionante melena de aluminio, marcando con firmeza la llegada al lugar. Fue ideada por el artista español Manolo Valdès, particularmente conocido por sus Meninas inspiradas en las de Velázquez, y que en este caso se inspiró en Picasso y Matisse.