Diversión y salidas Pays carcassonnais

L'Escargot es un establecimiento en la ciudad donde todo está preparado para pasar un buen rato: un entorno agradable y un equipo sonriente. A la gente le gustar reunirse allí a la hora del aperitivo para degustar una buena botella que Thomas, el propietario, ha seleccionado cuidadosamente. Después de unos cuantos sorbos de los divinos vinos locales de las denominaciones Malepère, Corbières, Fitou o Minervois, le apetecerá picar algo, y tendrá mucho donde elegir de la carta de tapas que se le ofrece. Seguro que se quedará a comer o cenar.

Al abrigo de las vías principales, enclavada en una pequeña calle, la tienda de Katia nos ofrece un lugar lleno de golosinas dulces y saladas. Un salón de té con un diseño decididamente contemporáneo con un techo de cristal de artista que permite seguir en directo la elaboración de las creaciones. Podrá disfrutar de banoffees, tartas de chocolate, tartas de limón y avellanas o babka de caramelo y chocolate. También puede disfrutar del menú de mediodía con ensalada poke bowl, pastel de salmón y puerros, wraps o batatas.

The Celt es un pub irlandés en la más pura tradición Como era de esperar, encontrarás una amplia gama de cervezas: ¡40 variedades embotelladas y 8 de barril! Desde whisky, irlandés por supuesto, hasta sidra y el famoso Irish Coffee, e incluso té. Los propietarios franco-irlandeses han tenido la idea de crear veladas temáticas: partidas de dardos, deportes televisados, conciertos o, una vez al mes, elmicrófono abierto, que te hará cantar una canción, contar un chiste...

El nuevo complejo de cines de Carcasona se construyó a finales de 2007 en la zona de Pont Rouge, y el edificio es... ¡rojo! Incluso se puede ver desde la Montaña Negra. Se trata de un nuevo complejo que acoge a los espectadores de la región. Las salas de cine son amplias y están muy bien equipadas, y todas son accesibles para los discapacitados. La zona de confitería se ha convertido en algo imprescindible, y la zona de juegos permite esperar antes del comienzo de la proyección. Si incluso quieres charlar con los adultos, puedes dejar a tus hijos en la zona de juegos bajo la supervisión del personal El Cap'Cinema es el sucesor de los dos cines del centro de la ciudad, ya que el Colisée se ha convertido en un cine de arte y ensayo y el Odéum en un centro de conferencias.

Aquí sólo se desprecia a una categoría de clientes:el Homo consumeris urgentum. En otras palabras, no hay salvación para los que no saben disfrutar plenamente del tiempo. Por una vez se le permite elegir con calma... y sobre todo leer antes de comprar. Aproveche para pasear por esta librería y debatir sobre literatura y sociedad para rehacer el mundo. Podrá conocer a autores, lectores y apasionados de las palabras Puede seguir todo el programa de actos y encuentros en la página web y las redes sociales.

Este imponente teatro fue inaugurado en 1935 en presencia de Paul Valéry y está catalogado como monumento histórico del siglo XX. Se ha sometido a muchas fases de trabajo -la más reciente para adaptarlo a las nuevas normas de seguridad- sin perder nunca su carácter original. Decorado con columnas y pilastras de mármol, un triple balcón, hermosos frescos Art Decó y mullidas butacas rojas, acoge hasta 950 espectadores, de octubre a mayo, para una variedad de espectáculos: obras de teatro, arte lírico, arte dramático, ópera cómica, opereta, danza, canciones francesas y espectáculos de variedades, etc. Festival de jazz, la última semana de abril. El programa está en el sitio web de la ciudad.

Si quiere descubrir la ciudad de noche, sus pasos le conducirán inevitablemente al Créneau, en la bonita plaza Saint-Jean. Su azotea ofrece una vista incomparable del castillo y de las magníficas puestas de sol. Podrá comer o cenar a la sombra de su toldo, en la terraza o en la sala de decoración contemporánea, tomar un cóctel y comer tapas hasta altas horas de la noche, o escuchar a los DJ algunas noches. El lugar perfecto para una cena tardía y una última copa. Una dirección muy popular entre los jóvenes de Carcasona.

Cuando se viene a Carcassonne, se visita la ciudad medieval, pero también se baja al pueblo para disfrutar del encanto y la convivencia de la plaza Carnot (muy animada los días de mercado). Le Petit Moka es el lugar perfecto para tomarse su tiempo, la oportunidad de tomar un pequeño café, un té o si se acerca la hora de la comida para disfrutar de una sencilla y buena cocina (ver sección restaurante). Por la tarde, la terraza es tomada por las jóvenes madres que acuden con sus cabecitas a disfrutar de un helado o una pequeña tortita. En el Petit Moka también puedes comprar tu café en grano o molido, de momento el "Brasil" es nuestro favorito. Una dirección donde el buen humor está a la orden del día durante todo el año

La Métairie es el lugar donde hay que estar si se quiere admirar la puesta de sol sobre la ciudad medieval. Este bar panorámico, en la parte alta de la ciudad, hará las delicias de su paladar, y de sus ojos, todas las noches de la semana. El concepto es sencillo: un bar salón acogedor, donde a la gente le gusta reunirse para tomar una copa de vino o un cóctel mientras come. La gente viene aquí en cualquier época del año para relajarse después del trabajo con foodtrucks de calidad: cocina mexicana los lunes, martes y miércoles, fish & chips los jueves, pizzas los viernes, sábados y domingos.

Con una buena copa de vino Minervois, Cabardès o Malepère, podrá darse un capricho en este bar de trufas y disfrutar de sorprendentes y hechizantes tapas elaboradas con trufas, un auténtico diamante negro. Trufas de verano o de invierno, ambas variedades se producen en el Aude y los proveedores son productores locales. Para un aperitivo fuera de lo común, vaya a la pequeña sala íntima de Philippe Barrière para un viaje gustativo al delicado mundo de las trufas.

El telón de la brasserie se levanta al amanecer, seis días a la semana. A la hora de comer, la casa sirve ensaladas y platos sencillos y, por la noche, la brasserie sólo abre para grupos, con reserva previa, excepto los jueves y viernes por la noche, cuando el aperitivo-tapa con animación musical se prolonga a veces hasta bastante tarde. Los carcassonnais aficionados al espíritu festivo acuden allí, y los jueves por la noche se celebran regularmente veladas estudiantiles.

Hadrian se ha hecho cargo del Canard Bleu, el antro de los epicúreos y estetas de Carcasona, creado hace unos años por el chef viajero Robert Haumont. Desde entonces, el local se llama acertadamente Tasting Room, para alejarse de las multitudes del centro de la ciudad. No le hable de sus famosos orígenes americanos porque a nuestro comerciante de vinos internacional le gusta ser discreto. Prefiere destacar su lado italiano, que tiene bien representado en su bodega con vinos que hacen viajar. También se pueden encontrar vinos locales y pizzas "fatto in Italia".

A lo largo de los años, Hélène se ha hecho con una clientela familiar que en un 90% es de Carcassonne. Hay algunos turistas que se desvían a su lugar, pero la ciudad los atrae tanto que son pocos los que recorren las orillas del Aude. ¡Qué pena por ellos! Podrían haber disfrutado de las suculentas parrilladas a la leña por las que es famoso este encantador restaurante de verano, o de una sabrosa ensalada mediterránea. Y comer en paz si van acompañados de niños, porque la terraza sombreada, enorme y cerrada, es un gran patio de recreo. Una hermosa vista, además Hélène favorece la frescura y la calidad, todo se prepara en el momento. Esto explica por qué a veces hay que esperar un poco en las tardes más concurridas. Pero te sientes tan bien... ¡No hay prisa! En cuanto haga buen tiempo, habrá un baile de té todos los domingos, siempre que el tiempo no sea demasiado malo. Ha tenido tanto éxito que desde 2009 el restaurante ha abierto también sus puertas en invierno, "le comptoir du Païch". Es una buena manera de prolongar el buen ambiente durante el resto del año. También puede alquilar la villa de Païch con su jardín privado...

Una sala de espectáculos atípica cuya existencia merece ser destacada. Tras las importantes obras de renovación, el Chapeau Rouge continúa su impulso a un ritmo de tres o cuatro eventos al mes: conciertos, teatro, conferencias. Su éxito se basa en la calidad y diversidad de su programación, pero también en sus famosas residencias de artistas. Están dirigidos a artistas de todo tipo y les permiten ocupar un espacio cultural acondicionado e insonorizado para que puedan crear, componer y producir sus obras. Esta fórmula es también una oportunidad para que la dirección detecte nuevos talentos que actúen en público al final de sus residencias, los más afortunados serán seleccionados para el festival Bastide en verano. En el interior, la arquitectura vanguardista de Henri Castella, las reproducciones de los frescos de Jean Camberoque y los colores brillantes nos ponen a tono. La sala tiene capacidad para 198 espectadores. Por último, su escenario bien diseñado y su muy buena acústica lo convierten en un lugar reconocido por todos y cada vez más popular. Me quito el sombrero

Han pasado casi 35 años desde que comenzó la aventura y el Bar à Vins es el lugar para las noches de moda en el corazón de la Cité. Primero se viene a tomar una copa de vino, a la sombra del castaño bicentenario, luego uno se deja tentar por unas buenas tapas, tapenade o cualquier otro plato. El bar se va llenando poco a poco, el DJ residente se hace cargo de los platos (tocadiscos), y ya está, el ambiente va in crescendo y los cócteles de la casa fluyen libremente. Para los trasnochadores o madrugadores, el bar de vinos también sirve desayunos en las mañanas de verano.

Como su nombre indica, el local creado en julio de 2007 es moderno, pero confortable, y le da la bienvenida a cualquier hora del día. Por la mañana, se le servirá un completo desayuno francés con pan, mantequilla, bollería y mermeladas caseras. A la hora de comer, haga una pausa en las compras y disfrute de los abundantes y refinados platos del día, que siempre intentarán sorprenderle, o de la siempre cambiante oferta de tartas saladas. Todo se elabora en el momento, por lo que puede estar seguro de una frescura óptima, aunque a veces haya que esperar un poco. Por la tarde, relájese con una amplia variedad de tés o cafés que cambian cada trimestre. Por la noche, hay cenas temáticas con artistas locales.

Le Cosy du Plo, que cuenta con dos teterías, una en el corazón de la ciudad y otra en el centro, es un establecimiento para paladares finos. Para conciliar el placer gastronómico y el bienestar, apuestan por productos naturales y locales cuidadosamente seleccionados. El producto estrella: los helados y los pasteles artesanos. Pero también puede ir a comer ensaladas frescas a la hora del almuerzo, sopas caseras, zumos de frutas y batidos detox. Disfrute de este espacio con tranquilidad y saboréelo. Además, están comprometidos con la iniciativa medioambiental Too Good to Go.

Una tienda que huele a comida ecológica y local, ¡eso nos gusta! El salón Thé and Co ofrece una amplia gama de productos locales a la venta: cafés, tés, mermeladas, aceites de oliva, vinos del Aude, cerveza local y la famosa limonada de saúco. Y qué podría ser más normal en el pueblo de los libros que una biblioteca en este encantador salón de té donde se puede tomar comida casera cada mediodía. Los colores verdes ingleses de las paredes le dan un toque tan británico que va bien con algunos platos vegetarianos.