Historia y cultura local Midi-Pyrénées

Siga los pasos de Napoleón III y Eugenia de Montijo y la historia de esta pareja imperial que se hospedó en la estación termal de agosto a octubre de 1859. La emperatriz se sometió allí a una cura de 23 días que mejoró considerablemente su salud. Cuando no tomaba las aguas o se entregaba a alguna actividad social, salía a pasear. Hay que imaginarse a la bella dama y a su cortejo, embutidos en corsés que oprimían el pecho, calzados con botines y soportando múltiples enaguas… ¡Seguro irá más ligero! El paseo empieza en el ayuntamiento, en la Casa Gradet Poque, que albergó el Consejo de Ministros de Napoleón, continúa por el puente de Napoleón, quien decidió su construcción durante su estancia, y conduce al barrio termal, donde se impone una visita a las termas con sus imponentes columnas de mármol y vidrieras. El sendero pasa por la capilla de Solferino, construida por orden de Napoleón III, quien hizo grabar sus iniciales y las de su esposa sobre la puerta. La capilla debe su nombre a la batalla que supuso la victoria de los franceses sobre los austríacos en junio de 1859. Un buen paseo repleto de historia y paisajes.

El paraje de la roca de Caylus conserva los vestigios del castillo medieval que antaño dominaba la ciudad. No ha sobrevivido más que el aljibe, ya que el conde de Toulouse lo habría mandado destruir en 1238 para acabar con cualquier intento de insubordinación. Alrededor de esta roca se ha acondicionado un jardín botánico. En él se pueden descubrir plantas aromáticas y arbustos que crecen entre los restos de las antiguas murallas. Un paseo hasta el lugar ofrece también una vista panorámica de la localidad, el valle de Sorgues y las siete colinas.

Es un lugar geológico único al pasado rico de una historia de más de 20 siglos. Fue en Luis XIV donde todo comenzó realmente. Los bloques de mármol de la carrera del Roy pasaban en balsa desde la Neste, en el valle de Aure, hacia Versalles. Gracias a los miembros de la Asociación "Los Marbados del Espiadet", hoy pueden seguir los senderos recorridos en el siglo XVIII. Descubrirás una bonita, impresionante y majestuosa carrera a través de visitas, iluminaciones «poéticos», espectáculos, veladas temáticas… que se organizan durante todo el verano en este lugar excepcional. Cuando llegamos a Payolle, la Carrera del Roy es un paso obligado. Piénsese en el programa y adelante. ¡Van a ser engañados y no lamentarán el desplazamiento!