LA TABLE D'OLIVIER
La mesa de Olivier es sin duda buena. La carta es bastante corta, lo que es bastante buena, pero bastante variada para satisfacer gustos y apetitos diferentes. Se regateó con una buena base de tagliatelas con foie gras y magret de pato. También merece la pena probar la hamburguesa berrichón (con salsa de cabra y buen pan fresco). Riñones de ternera, pieza de buey o pesca del día permiten variar los placeres. En cuanto a los postre, nuestro Renard se ha regalado con la charlotte de chocolate y su crema quemada en sifón (mención especial para el caramelo de mantequilla salada). Además de la carta, la fórmula del mediodía, que cambia cada día, permite comer a un precio correcto con los platos propuestos. El servicio es agradable, lo que no arruina nada. Un buen lugar.
bonne carte pas trop exhaustive et se qualité
Etape incontournable à Bourges