Gastronomía especialidades locales y vinos El Hézo

Desde 2010, la fábrica de galletas Vénètes trabaja para "desempolvar la imagen de las galletas bretonas". Aquí se elaboran galletas 100% naturales y ecológicas, preferentemente con ingredientes locales. La empresa también ofrece una gama de productos vegetarianos, veganos y sin gluten. Dulces y saladas, desde el clásico palet bretón a las patatas fritas de algas, sin olvidar el caramelo de mantequilla salada, medalla de oro en el último Salón de la Agricultura, hay para todos los gustos. Los curiosos podrán incluso admirar a los artesanos trabajando en sus talleres.

Le Coup de Jaja es una bodega familiar que abrió sus puertas en 2021. Desde entonces, Jérémy Saint-Hilaire se ha esforzado por seleccionar productos que respeten el terruño y a los hombres y mujeres que trabajan en ella. Se puede elegir entre cajas y cestas de regalo, packs personalizados de cervezas artesanales, magnums recomendados por el propietario, botellas excepcionales y grands crus bordeleses a precios preferentes, así como libros y accesorios. ¿Busca una idea para regalar? No busque más, seguro que la encuentra aquí.

Taller de torrefacción y cafetería, Le Petit Jus es ante todo la historia de Dorothée, química e ingeniera de investigación, que descubrió el café especial (menos del 1% del mercado mundial, certificado por expertos independientes) cuando vivía en Londres. Su caballo de batalla: el respeto por el producto (tueste lento para preservar al máximo el sabor), por el terruño y por los artesanos que lo cultivan en granjas gestionadas al 100% por mujeres. En resumen, productos trazables, un sabor único y una ética intachable.

Le Marché des Vénètes, un verdadero mercado gourmet cerca de usted, abrió sus puertas en 2021. Al frente están Maud y Cloé, dos propietarias de una tienda de comestibles que trabajaban en la fábrica de galletas del mismo nombre fundada por Mathilde y Xavier, quienes crearon este negocio local, que combina los talentos de una quesería, una charcutería, una verdulería y una delicatessen, ofreciendo a menudo productos locales y a veces ecológicos. Más que un supermercado impersonal y anónimo, Le Marché des Vénètes es un lugar de reparto e intercambio donde cada cliente es el rey.