LE BISTROT DE LA CITÉ
Es un bistró que hace honor a su nombre. Verdadero oda a la vida urbana rennesa en su esencia más popular, es un lugar que huele a la rebelión del pueblo. Un buen niño con un abrazo parece poco cómodo, se imagina bien y Bertrand Cantat bebe cerveza codo con codo en el mostrador. Hecho de bric y de broc, de muebles desiguales y enredados, se puede leer en sus paredes toda la historia de las protestas y manifestaciones francesas, y una estratigrafía de pegatinas y carteles de conciertos que evocan historias de locas veladas en los años 90. Una carta reducida para un ambiente de estilo sermisa, lo importante es la música: rock indado, pop rock de los años 80 y 90, punk… Aquí es la identidad de la Rennes militante que se expresa. Aunque la entrada está escondida en la esquina de una calle y no augura grandes promesas, una vez franqueada la pequeña terraza, hay mucho espacio y una pequeña terraza cubierta cubierta adornada con antiguas guirelas luminosas donde se imagina fácilmente una barbacoa. Lugar mítico conocido por sus noches, conciertos y eventos de todo tipo, la música no está sola en honor, ya que artistas locales exponen regularmente: grabados expresos, diseño contemporáneo, fotos desfasadas…