GUÉDELON

En 1997, Michel Guyot (propietario del castillo de Saint-Fargeau) aceptó el loco reto de construir un castillo fortificado en plena campiña de Poyaud. ¿Su misión? Seguir escrupulosamente los métodos del siglo ^XIII y aprovechar este extraordinario espacio natural para extraer las materias primas necesarias para la construcción (piedra, madera, tierra, arena, arcilla...). Casi 30 años después, las obras continúan y Guédelon se ha convertido en un lugar científico, histórico, educativo, turístico y humano. Y sobre todo, ¡es único en el mundo! Canteros, mamposteros, albañiles, leñadores, carpinteros, herreros, alicatadores, carreteros y sastres trabajan a diario en el yacimiento (y en traje de época), mientras interactúan con los visitantes. Venir y volver a Guédelon significa también tener el privilegio de seguir año tras año el avance de las obras: el recinto fortificado, la vivienda y su carpintería, la cámara y sus murales, las salas de cocción y sus bóvedas de crucería, el paseo parapetado... O cómo sumergirse en la vida de la Edad Media, magníficamente reconstituida, gracias en particular al molino construido con Inrap en el marco de una arqueología experimental. Con todos estos atractivos, no es de extrañar que Guédelon se haya convertido en la atracción turística más visitada del departamento, ¡y la segunda más visitada de Borgoña (después de los Hospicios de Beaune)! Dedique entre 4 y 6 horas para aprovechar al máximo su visita. No olvide que también puede comer allí (por ejemplo, encargando una cesta de picnic).