BASÍLICA DE SANTA MARÍA MAGDALENA

En este lugar declarado Patrimonio Mundial por la Unesco, los siglos le contemplan a usted e incluso a gran parte de la historia de Francia Situada en lo alto de una colina llamada eterna, la Basílica de Santa María Magdalena de Vézelay es el lugar más visitado de Borgoña-Franco Condado. Importante lugar de culto cristiano, ha recibido la etiqueta de "Villes sanctuaires de France", al igual que Lourdes y el Monte Saint-Michel. Originalmente, en el municipio vecino de Saint-Père se fundó un convento en el siglo ^IX. Los monjes pronto sustituyeron a las monjas, pero el nuevo monasterio fue destruido durante las invasiones normandas. Allí se construyó una nueva abadía, que dos siglos más tarde tomó el nombre de Santa María Magdalena (en homenaje a la pecadora cuyas reliquias había conservado el monasterio). A partir de entonces, la reputación de Vézelay no dejó de crecer. En 1146, en presencia de Luis VII, San Bernardo de Claraval predicó allí la segunda cruzada. Antes de partir para la tercera cruzada, los reyes Felipe Augusto de Francia y Ricardo Corazón de León de Inglaterra se reunieron aquí. Más tarde, San Francisco de Asís decidió fundar aquí la primera misión de sus Frailes Menores, y San Luis realizó aquí cuatro peregrinaciones. Vézelay es tan importante como parada en la ruta de peregrinación a Santiago de Compostela que es punto de encuentro de peregrinos de todo el norte de Europa. La iglesia carolingia tuvo que ampliarse porque atraía a tanta gente. El destino vuelve a hacer de las suyas...

Un incendio destruye completamente la nave, que se reconstruye a principios del siglo ^XIII . Desgraciadamente, poco después, San Maximino de Provenza anuncia el descubrimiento de las "verdaderas" reliquias de Santa María Magdalena, y la basílica pierde de repente todo su prestigio. Fue rechazada y abandonada. Saqueada y devastada por los protestantes en 1569, tampoco escapó a la furia de la Revolución, cuando fue parcialmente arrasada.

Es a Prosper Mérimée -autor de la novela Carmen, pero sobre todo inspector de Monumentos Históricos de 1834 a 1860- a quien el edificio a punto de derrumbarse debe su espléndido renacimiento. Gracias a él, en 1840, la antigua abadía, convertida en basílica, fue incluida en la primera lista de Monumentos Históricos, y pasó por el genio del arquitecto Eugène Viollet-le-Duc, que emprendió su restauración y reconstruyó, entre otras cosas, su fachada. Una fachada que las recientes obras de renovación han hecho aún más majestuosa El portal central se distingue por su tímpano, una superficie esculpida en forma de media luna que lo corona. Representa el Juicio Final y fue realizado por el escultor Michel-Pascal. Tampoco hay que perderse el magnífico nártex románico de principios ^del siglo XII, con su tímpano ricamente esculpido. Tiene algo más de 9 m de ancho y representa la "Misión de los Apóstoles". A menudo se considera una de las obras maestras del arte escultórico francés. La nave también es impresionante; con 62 m, es más larga que muchas de las grandes catedrales francesas, como Notre-Dame de París o Notre-Dame de Amiens. Conduce a un coro gótico de piedra blanca, muy luminoso. Si pasa por aquí durante los solsticios de verano o invierno, no dude en entrar en el corazón del monumento. Se ha diseñado de tal manera que en esos días la luz es tan precisa como espectacular. El sol brilla como un foco de teatro en un fenómeno absolutamente único en el mundo Nueve puntos de luz aparecen en el suelo, trazando aparentemente un camino de un extremo a otro de la nave. Para la ocasión, se organizan visitas guiadas (contacte con la Maison du Visiteur). Otra particularidad de esta basílica es el gran número de capiteles historiados, 120 en total. Sus detalladas esculturas representan varios episodios de la Biblia. La basílica está llena de detalles, así que planee pasar algún tiempo visitándola y contemplando estas obras maestras de gran habilidad. La Casa del Visitante le proporcionará toda la información que necesite para su visita. También podrá ver una película sobre la realización del gran tímpano o apuntarse a talleres, como el de dibujo y lectura de los capiteles. Además, a veces se organiza un paseo por la ruta de los peregrinos a Santiago de Compostela desde el pueblo de Asquins hasta la basílica de Santa María Magdalena. Pregunte en la Maison du Visiteur, situada a mitad de camino de la basílica, en el centro de Vézelay.

Por último, durante su visita, no olvide dar un paseo por los jardines, justo al lado. Allí podrá pasear hasta descubrir una vista impresionante de la colina eterna, cuyos colores cambian con las estaciones y las horas. Los coloridos paisajes del Morvan podrán admirarse ante sus asombrados ojos. También debe saber que, al igual que la basílica, esta llamada "colina eterna" es Patrimonio de la Humanidad. En Vézelay, todo, absolutamente todo, incita al descubrimiento. ¡Y a maravillarse!