PARQUE DE ANIMALES BOUTISSAINT

Conocer Boutissaint es sumergirse en la naturaleza de una forma única en Europa Así que corra, despierte sus sentidos y regálese recuerdos inolvidables en este magnífico Parque Natural de 420 hectáreas, donde 400 animales viven en total libertad: ciervos, gamos, jabalíes, bisontes europeos, muflones en cercados... Un auténtico "paraíso" para explorar libremente o con un guía, a pie, en bicicleta o a caballo. Aquí, cada estación la Madre Naturaleza ofrece su paleta de colores y "acontecimientos" animales (nacimientos, berrea de ciervos...). A los más pequeños les encantará estar entre las cabras enanas (¡las reinas de los mimos!). O dar un paseo en poni por el parque (previa reserva). El Bouti'café también ofrece servicio de catering. Además, Boutissaint ofrece alojamientos en el corazón del parque, así como un aparcamiento para autocaravanas, ideal para pasar la noche. Desde 2022: todos los martes por la noche en verano, se ofrece una cena frente a la gran llanura de ciervos. Y no se pierda la brama de ciervos por la mañana y por la noche en septiembre y octubre (se recomienda reservar para todos estos eventos). Como puede ver, Boutissaint es una visita obligada en la región de Treigny. Un lugar con una historia increíblemente rica.

En su origen, Boticen (como se llamaba entonces) era una colegiata de los canónigos de Saint-Augustin, dependiente de la abadía de Saint-Satur (Cher). En el siglo ^XV, se convirtió en priorato dependiente de Saint Amâtre d'Auxerre. Finalmente, fue abandonado a principios del siglo ^XVI. Y así sigue la historia... Hasta 1968, cuando un tal Pierre-Elie Borione creó aquí el primer parque de visión de Francia. Desde entonces, además de los animales antes mencionados, se puede contemplar una gran variedad de especies forestales, como robles centenarios (como el Saint-Louis, cuya circunferencia supera los 4 metros), abetos, hayas, cerezos, castaños, cipreses... Y no olvidemos el "fantasma" de la escritora Colette (1873-1954), que reina aquí. De niña, a la escritora, que vivía cerca, le encantaba venir aquí para perderse. Incluso lo utilizó como telón de fondo de uno de sus grandes clásicos, Claudine à l'école: "He vivido en estos bosques diez años de locos vagabundeos, conquistas y descubrimientos; el día que tenga que dejarlos estaré muy triste", escribió. Es comprensible Porque, sí, Boutissaint es una experiencia que no hay que perderse