ABADIA DE CLUNY

No puede venir hasta Borgoña sin hacer una parada en Cluny para visitar un lugar cargado de historia. La célebre abadía de Cluny, declarada Patrimonio de la Humanidad, le invita a un viaje en el tiempo de más de 1.100 años.

En la Edad Media, era la Iglesia Mayor, el edificio religioso más importante de Occidente. La primera iglesia abacial (Cluny I), construida inicialmente en el siglo ^X, pronto resultó demasiado pequeña para acoger al gran número de monjes que acudían a la abadía por su fuerte influencia. Una obra siguió a otra, con el objetivo de crear una iglesia capaz de albergar a mil monjes. El abad Hugues de Semur construyó la tercera iglesia abacial (Cluny III) entre 1088 y 1130.

La abadía de Cluny demostró entonces su supremacía en todo el mundo. En primer lugar por su tamaño: 187 m de largo, casi 40 m de altura bajo las cúpulas del gran crucero, cinco naves... Pero también por su influencia, que reunió a casi 10.000 monjes de toda Europa en torno a la orden cluniacense. El vasto edificio religioso siguió siendo la iglesia más grande de la cristiandad durante casi 400 años, hasta la construcción de San Pedro en Roma.

Así pues, ¿cómo imaginar que el edificio actual representa sólo el 10% del edificio original? En realidad, aunque el ascenso de la abadía fue grandioso, su declive fue lento y caótico. Entre problemas financieros, guerras de religión y saqueos durante la Revolución, la iglesia fue perdiendo fuelle, hasta que se utilizó como cantera de piedra, dejando sólo las ruinas que hoy conocemos y cayendo en el olvido.

No fue hasta principios del^siglo XX cuando entusiastas e historiadores la devolvieron a la vida. Gracias a una colosal labor de excavación e investigación, hoy podemos medir el colosal impacto de este edificio en la historia cristiana. Un paseo por el yacimiento permite descubrir parte del brazo sur del crucero, lo que da una idea del tamaño gigantesco de la iglesia abacial, dos palacios abaciales ^{del siglo XV} y edificios conventuales construidos en el siglo ^XVIII. El museo de Ochier alberga restos y maquetas del antiguo monasterio y del pueblo medieval. Reconstrucciones en 3D y animaciones de realidad aumentada salpican el recorrido, ayudando a los visitantes a imaginar los siglos de vida entre estos muros. También hay mucho que hacer para los visitantes más jóvenes, que pueden divertirse aprendiendo con la ayuda de cuadernillos de juegos.