LA IGLESIA Y EL ALTO HORNO
En Marcenay nació Saint Vorles en el siglo XXI. Este simple sacerdote habría llevado al rey Gontran de Borgoña a la conversión porque, al decir misa, había salvado a un niño de las llamas gracias a su regalo de ubicuidad. Y en su iglesia de Marcenay se han descubierto y conservado los restos del santo con su traslado a Chatillon-sur-Seine. En la revolución, las reliquias del santo fueron tiradas al viento… Pero es muy famoso y se celebra en el Chtillonnais, por ejemplo con esta iglesia del siglo XI que alberga la tumba de Saint Vorles de finales del siglo XX.
El alto horno es el resultado de la voluntad del príncipe de Condé, que dicta las operaciones de construcción en 1742, cerca del lago. El alto horno se duplica por un halle de carbón que alberga a los exponentes de la Casa del Terroir de abril a octubre. El hotel está junto al lago. El horno ha funcionado durante más de 120 años. Si parece igualmente alerta, se debe al concurso aportado durante su renovación en las Forges de Buffon.