ZOO DE LA PALMYRE

Un parque con acceso para sillas de ruedas, que también ofrece a los visitantes sordos y con problemas de visión

Cada año, el zoo de La Palmyre recibe 600.000 visitantes. Esta historia de éxito comenzó con Claude Caillé, un hombre apasionado por los animales, que empezó en 1957 con un pequeño zoo ambulante que él y su mujer presentaban en las escuelas. Realizó varios viajes a África y estableció su parque en La Palmyre, en el corazón de un bosque de pinos marítimos. Un sitio magnífico. En Semana Santa de 1966, el zoo abrió sus puertas con 60 animales en 3 hectáreas. Desde entonces, la familia Caillé adoptó un estilo de vida totalmente dedicado a los animales. Año tras año, el zoo crecía y se hacía más bonito... Hoy, tras 55 años de existencia, el parque cuenta con 55 empleados fijos, entre ellos unos cuarenta cuidadores de animales y dos veterinarios.

Tigres, elefantes asiáticos, orangutanes, gorilas, lémures, titíes, nutrias gigantes, jirafas, hipopótamos, rinocerontes, cebras, flamencos chilenos, ibis, cálaos... en total, el zoo cuenta con más de 110 especies. Participa activamente en la protección de las especies amenazadas participando en más de 50 Programas Europeos de Cría (EEP) y apoyando a numerosos agentes sobre el terreno que actúan en el corazón de ecosistemas naturales frágiles. El zoo ha establecido asociaciones a largo plazo con programas que tratan de proteger a los animales cuya supervivencia está directamente amenazada por la destrucción del hábitat, la caza furtiva, el tráfico para el comercio ilegal, la contaminación o la expansión de las actividades humanas. La colaboración puede consistir en una subvención anual, en apoyo técnico o logístico, en la financiación de la compra de equipos o en la creación de materiales para sensibilizar a las poblaciones locales sobre la conservación de su biodiversidad y su entorno. El zoo de La Palmyre financia actualmente más de 20 programas de conservación en todo el mundo. Entre ellos, el programa Hutan, en Borneo, que preserva a los orangutanes y elefantes; la asociación J.A.C.K, en la República Democrática del Congo, que acoge y rehabilita a los chimpancés víctimas de la trata; la asociación Helpsimus, en Madagascar, que preserva al gran hapalémur (uno de los lémures más raros del mundo), y el Proyecto Titi, que protege al tamarino pellizcado, un pequeño primate clasificado en peligro crítico de extinción. Ante los actuales retos medioambientales y la acelerada erosión de la biodiversidad, el zoo de La Palmyre acaba de crear su fondo de dotación, Palmyre Conservation, para seguir apoyando iniciativas en favor de la preservación de la biodiversidad.