Hoy un "Probé para ti" con mis manos en la harina! No todos los días uno es invitado a Mère Poulard y su sacrosanta tortilla, una verdadera institución de la gastronomía francesa. Pero esta vez, los huevos sólo estarán en los palets de limón. Les palets de la Mère Poulard es, en pocas palabras, la magdalena de Proust des Normands, 100% francesa, de la agricultura resonante. Cuenta la leyenda que la madre Poulard, a la llegada de los viajeros al Mont-Saint-Michel, se acostumbró a ofrecer estos dulces a los niños cansados. Para redescubrir esta parte esencial de nuestra infancia, ahora ácida, fui a un taller para una "pièce montée". Junto con otros seis pasteleros en ciernes, tenemos la tarea de preparar una sala de tres pisos para mostrar este proverbial producto. Con la ayuda de un pastelero profesional (y paciente), aprendemos paso a paso a decorar nuestros pasteles con técnicas similares a las de la pintura: maruflemos la pasta de azúcar, doblamos los elementos decorativos con pinzas planas... Pero también mucha delicadeza para el troquelado de las flores de pasta de azúcar. El ambiente es cálido, los pasteles se acumulan, y pronto nos quedamos sin paletas decorativas... todas han sido devoradas. Al final de este taller, que es tan gourmet como recreativo, todos nos vamos con nuestra obra maestra de limón. A la vuelta, en el metro, el voluminoso pastel llama la atención, los turistas incluso se detienen para tomar una foto. Y el disco de la pieza de juego, no sólo es hermoso, sino también excelente!