Qué ver y hacer Demir Kapija (Демир Капија)

Ubicado en una antigua escuela rodeada de vegetación y pavos reales, este museo privado (Музеј на Виното Демир Капија) lleva abierto desde 2010. En su interior le espera un auténtico bric-a-brac: recipientes de vino de los años 30 de la familia real serbia, cerámica antigua, fotos antiguas del primer tractor de Demir Kapija, alambiques, una colección numismática, indumentaria tradicional, una exposición sobre las aves de la región... Un inventario à la Prévert tan mal presentado como interesante.

Este pequeño paraje natural (Долина на Кактусите/Dolina na Kaktusite) se encuentra al borde del desfiladero de Demir Kapija, a 270 m sobre el nivel del mar, en el pueblo abandonado de Klisura/Клисура, cuyo nombre de origen griego hace referencia a un paso de montaña. Aquí hay un gran campo de cactus: chumberas(Opuntia ficus-indica) que dan frutos comestibles y flores amarillas en verano. Se encuentra justo al sur de la iglesia de San Nicolás, ^{del siglo XIX}. También hay buitres poco comunes y la cercana cueva de Zmejovec ("libélula").

Este espectacular paso rocoso esculpido por el Vardar (Демиркаписка Клисура/Demirkapiska Klisura) comienza justo al sur de Demir Kapija y se extiende 31 km de longitud hasta el pueblo de Udovo/Удово en dirección a Gevgelija. Demir Kapija debe su nombre a que los otomanos llamaban al lugar la "Puerta de Hierro": Demir Kapı en turco. El emplazamiento permitía controlar fácilmente las comunicaciones entre Skopje y Salónica. Durante la Primera Guerra Mundial, las tropas austrohúngaras excavaron un primer túnel rudimentario en la orilla izquierda, al sur de Demir Kapija. Sobre él, el acantilado conserva una gran inscripción grabada en honor del emperador alemán Guillermo II. Un siglo más tarde, de 2012 a 2018, un consorcio franco-griego excavó el complejo túnel de 1 km de longitud que permite a la autopista europea 75 pasar bajo esta mole de caliza gris azulada. La misma zona es también uno de los lugares de escalada más populares de los Balcanes: una pared casi escarpada (85 grados de inclinación) de 300 m de altura con varias vías reservadas a los mejores escaladores. Para los escaladores menos experimentados, también hay tres vías ferratas instaladas entre 2017 y 2020. Eso sí, hay que llevar el equipo de seguridad (cuerdas, arnés, casco...). El acantilado de enfrente, en la orilla derecha del Vardar, conserva en su cima los restos de la fortaleza medieval de Prosek.

Las ruinas de esta fortaleza (Просек) emergen de la vegetación a una altitud de 400 m, justo por encima del comienzo del desfiladero de Demir Kapija. Todavía es visible el contorno rectangular del recinto. Se trata de la fortaleza del señor aromano Dobromir Chrysos, que formó aquí un microestado a finales del siglo ^XII, cuando la región era disputada entre bizantinos, serbios y búlgaros. El lugar fue ocupado más tarde por otro noble rebelde, el búlgaro Strez, antes de caer en el olvido hasta 1948. Un sendero de 2,5 km conduce al yacimiento desde la calle Partizanska.

Las ruinas de esta basílica de tres naves, situada en el lugar llamado Manastir/Манастир ("monasterio"), datan de principios del siglo ^IV. Según la tradición local, el apóstol Pablo, durante su tercer viaje a Macedonia (entre los años 53 y 58), celebró su primer bautismo en este mismo lugar, en la confluencia de los ríos Vardar y Bošava. Posteriormente se construyeron, destruyeron y reconstruyeron varios edificios. En la necrópolis medieval adyacente se descubrió en 1952 un icono tallado en piedra de San Juan el Teólogo de los siglos ^X-XII, que ahora se expone en Skopje.

Llamado Корешница en macedonio y Koreşnik en turco, este pueblo del municipio de Demir Kapija tiene una población de 500 habitantes, la mitad de los cuales son turcos, unos 100 serbios y 100 macedonios. Rodeado de canteras de piedra, es famoso por la tumba del siglo^V a.C. que se desenterró allí en 1996. Albergaba el objeto antiguo más bello del país: la crátera de Korešnica, un vaso de vino griego de bronce de 1,20 m de altura. Por desgracia, fue adquirido por el coleccionista estadounidense Shelby White, que se niega a devolverlo al norte de Macedonia.