En esta hermosa mañana de abril, volvimos a ver la choza de la cerveza... no necesariamente visible cuando pasas por Mondeville, o no necesariamente tentadora cuando ves un edificio prefabricado..

Pero una vez de vuelta en la cabaña (no la del Tío Tom) sino la de François (fácilmente reconocible por cierto, tiene el pelo borroso), los proiris se van volando..

Dónde : En Mondeville

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