SOLAR DOS NUNES
Bajo el puente del 25-Abril y a pocos pasos del balneario de Alcântara, uno de los pocos baños públicos de Lisboa aún en actividad, cita en esta buena casa familiar alentejana para la cocina tradicional de carácter. Desde todos los años de buenos y leales servicios (casi 25 años), el Solar dos Nunes, un poco alejado del centro, pero no lejos de los hoteles Vila Galé Ópera o del Pestana Palace, ha tenido tiempo de hacerse fiel clientela de acostumbrados, una buena reputación y unas bonitas referencias prensa (abundancia de artículos enmarcados en las paredes de los salones) o incluso peopla (entre otros, Gilberto Gil, músico cantante y ex ministro de Cultura de Brasil. Con un presupuesto ajustado, no perder dinero y tiempo con el jamón de cerdo negro o los tentempiés (arenscos) que, por supuesto, no están ofrecidos ni dados, aunque sean muy aceptables. Pasa directamente a las cosas serias, los platos de resistencia se comprueban no sólo deliciosos pero muy copiosos. En dos niveles, el entorno típicamente rústico seduce porque hace vigas vista, suelo de pavimentados portugueses y azulejos, enriquecidos con bella colección de cobres o platos con efigie de especímenes de raza canina. Saliendo de la cocina aparentemente muy ocupada, los perfumes de los platos del día (arroz con pato con naranja o pescado según el entramado, frito o asado), del pulpo en Lagareiro o del santuario de gambas, nos alegran. Mención para la caza (en temporada de caza: corzo, jabalí, perdiz… y para un arroz negro con tinta, divinal, ya que hace un momento, con puntas de pimiento y cilantro justo como hace falta, uno de los mejores nunca saboreados por el Renard. Después de haber quedado un poco de espacio, generoso repostería casera, com blando del Alentejo (sericaia d'Elvas, encharcada de Mourão…) o mucho más refrescante, frutas de temporada (papaya, mango, piña) bien trincadas… del buen pan, de buenos vinos y de una prestación, en cualquier punto, profesional y atento.
Opiniones de los miembros sobre SOLAR DOS NUNES
Grosse erreur sur l’addition..
Le homard feuilleté, spécialité de la maison est excellent, le personnel et le patron sont très accueillants.
Service que ne donne pas envie, les assiettes assez généreuses mais ya des pièges pour la fin de repas, si vous consomé tout ce qu’il ya sur la table a votre arrivé à la fin il serait facturé sans que personne ne vous préviens.
Le dessert (gateau) était à la crème au beurre, et la mangue n était pas mûrie (sans arôme)
Bonne ambiance et service agréable