TOKARA

El edificio ultramoderno no tiene nada de las propiedades históricas de la esquina, pero los vinos de la casa merecen la pena. El "red" tokara es una pequeña maravilla, así como el "white" (sauvignon y semion) y el noble late arvest. Simplemente hay que desear que la última verduga no se haya liquidado, víctima de su éxito. Si eres aficionado, también puedes enamorarte de un pequeño brandy (coñac), que podrás tomar en uno de los salones con vistas panorámicas al valle.