TEATRO DE DIONISIO
Lugar del antiguo teatro donde se celebraban los juegos de gladiadores y de agua.
Al traspasar la entrada del yacimiento del teatro de Dioniso se entra en la cuna del teatro clásico. Aquí se estrenaron las más grandes tragedias y comedias. En el origen del arte dramático, se organizaban fiestas en el teatro en honor del dios Dioniso (dios del vino y de la embriaguez) que daban pie a escenas representadas, cantadas y habladas.
El primer teatro construido en el lugar debió ser rudimentario apoyándose simplemente sobre algunos terraplenes. No fue hasta el siglo V cuando el teatro tomó el aspecto que hoy podemos ver. Autores como Sófocles, Esquilo, Eurípides o Aristófanes pisaron el «escenario» de este teatro. Su construcción finalizó hacia el 330 y enseguida acogió los juegos Romanos, que modificaron sensiblemente el monumento: de aquella época datan los bajorrelieves que adornan el fondo de la escena, y que representan el nacimiento de Dioniso. El teatro acogió combates de gladiadores e incluso juegos náuticos, con un escenario transformado en piscina para la ocasión. Podía albergar entre 14.000 y 17.000 espectadores; los asientos de la primera fila estaban reservados a las personalidades y mecenas del teatro. El lugar más importante, el asiento del central de la primera fila, estaba reservado al sacerdote de Dioniso.