ANTIGUA ÁGORA

Historia. El ágora era el centro de toda gran ciudad griega: es donde se tomaban las decisiones políticas, se juzgaba a los presos y se instalaban también las tiendas. En su origen una simple explanada, el Ágora de Atenas fue urbanizándose progresivamente con pórticos de columnatas donde los ciudadanos podían refugiarse a la sombra. Tomó la forma que hoy conocemos ya en el siglo VI a. C. Los edificios flanqueaban el lugar por su lado oeste, pero fueron destruidos por los persas en 480 a.C. Durante el resto del siglo V, los atenienses reconstruyen su ágora y la adornan con otros edificios al norte y al sur. Poco después del 450 a. C. se inició la construcción del templo de Hefesto, más conocido como Teseion, el que sigue aún en pie dominando todo el lugar.

En el siglo IV, se hicieron también grandes esfuerzos de construcción, pero no fue hasta el siglo II a. C. cuando se añadieron al Ágora las columnas (pórtico o stoa) que lo rodeaban como lo hace hoy el pórtico de Átalo, reconstruido por la escuela americana para albergar, esencialmente, el museo del Ágora.

En el 86 a. C. el saqueo de Atenas por los romanos de Sila perjudicó gravemente los edificios al sur del Ágora. Hacia el 15 a. C. Agrippa hizo construir el odeón en el eje de la plaza central, y se desmontaron también los templos de la región del Ática para reconstruirlos en el Ágora, en particular el templo de Ares. En el siglo II d. C. se construyen otros edificios, como la biblioteca de Panteno, el ninfeo y la basílica. En 267 d. C. los hérulos, bárbaros procedentes del norte, saquearon Atenas. A raíz de aquello se arrancaron las piedras de los monumentos para construir un muro de protección alrededor del Ágora; los sofistas construyeron lujosas viviendas en las pendientes norte del Areópago, y también se construyó el Palacio de los Gigantes sobre las ruinas del odeón. Hacia finales del siglo VI d. C. el lugar estaba abandonado y quedó recubierto, poco a poco, de espesas capas de aluviones. Hacia el año mil se construye la iglesia de los Santos Apóstoles.

En 1826-1827, al parecer el lugar sufrió las consecuencias de la Guerra de Independencia. Sin embargo, cuando Atenas se convierte en capital del nuevo Estado griego, se reanuda la fiebre de la construcción y el espacio del Ágora ya se ha recubierto de pequeñas casas cuando las excavaciones comienzan.

Visita guiada del yacimiento. Le proponemos una visita guiada al emplazamiento del Ágora que tiene su inicio en la entrada sur, es decir, la más cercana a la Acrópolis.

Por tanto, entrará en el yacimiento siguiendo el camino de las antiguas Panateneas, las fiestas panhelénicas atenienses en las que una inmensa procesión salía del Cerámico para llegar al Erecteón, sobre la Acrópolis, atravesando el Ágora por la Vía Sacra (o Panateneica). Además, podrá ver los restos del revestimiento de mármol que cubría el camino, así como las profundas marcas dejadas probablemente por el paso de los carruajes.

A la derecha, antes de entrar en el yacimiento propiamente dicho, encontrará una serie de tiendas protegidas por una columnata; al otro lado del camino se encuentra el templo del sudeste, del que se ignora la divinidad. Sin embargo, se sabe que esas columnas fueron recuperadas del templo de Atenea de Sunión. Tras haber pasado la puerta, verá a su izquierda, cerca de la pequeña iglesia de los Santos Apóstoles, los cimientos de la fuente pública del sudeste, del siglo VI a. C.

Vaya hacia la izquierda para recorrer los vestigios del pórtico sur del Ágora. Este amplio conjunto de columnas se componía de un primer pórtico intermedio que enmarcaría, junto con un segundo pórtico más al sur, una gran plaza rectangular. Al oeste de ésta se hallaba un edificio de planta cuadrada que servía de tribunal, aunque las inscripciones halladas en el lugar delatan que las sesiones se celebraban fuera, bajo las columnas. En el tribunal, que se llama Heliea, hay una fosa cuadrada enlosada que corresponde a los restos de un reloj de agua o clepsidra, que probablemente data del siglo IV a. C. Al oeste de la Heliea, también verá los cimientos de la fuente pública del sudoeste, de la que se ignora el nombre.

Si continúa hacia el oeste, después de la fuente llegará a un edificio que quizás fue la cárcel de Sócrates ––según los arqueólogos que descubrieron pequeños frascos que podían haber contenido la cicuta con la que Sócrates habría sido envenenado––, y a los bustos de prisioneros; uno de ellos podría representar a Sócrates.

Ahora le proponemos ir hacia el norte del yacimiento pasando al pie del promontorio rocoso sobre el que se alza el templo de Hefesto. De este modo pasará frente a los edificios occidentales del Ágora, los más antiguos del lugar.

Primero pasará ante la base circular de un tholos. Construido hacia 460 a. C., servía de cuartel general y de cantina a los pritanos, el comité de presidencia del Consejo de los Quinientos o Boulé. También había un juego de pesos y medidas. Las reuniones del Consejo se celebraban en el edificio del que se adivinan los cimientos detrás del tholos: el bouleuterión.

Los archivos del Consejo se conservaban en papiros, pergaminos o en mármol en otro edificio construido junto al tholos: el {1}metroón{/1}. Lo reconocerá por el pórtico jónico que se encuentra en su parte frontal y que data del siglo II a. C. Bajo este pórtico se hallan los cimientos de lametroón que han llegado hasta nuestros días.

Frente al {1}metrôon{/1}, al otro lado del camino previsto para la visita, hay una plataforma rectangular de gran tamaño rodeada por una balaustrada restaurada. Se trata del monumento de los héroes epónimos. En medio de la balaustrada se levantaban las estatuas de bronce de diez héroes legendarios que dieron nombre a las diez tribus o distritos políticos del territorio de Atenas. En la base de este gran conjunto se fijaban los avisos, grabados en tablas de madera tratadas con cal. Detrás verá la base de un inmenso altar que debía estar dedicado a Zeus.

Al seguir hacia el norte pasará frente a lo que queda de un pequeño templo jónico dedicado a Apolo Patroos, construido en 340-330 a. C., y después por delante de un edificio más imponente compuesto por dos alas: es el pórtico de Zeus Eleuterios, dios de la Libertad. Aquí es donde se veneraba a todos los personajes que contribuyeron a la libertad de la ciudad.

A la derecha de este edificio se alza el pórtico real, de dimensiones más reducidas que su vecino. Fue construido probablemente en el 460 a. C., en un primer momento para albergar y exponer las leyes promulgadas por Solón. Posteriormente sirvió de cuartel general a uno de los principales magistrados de Atenas: el arconte-basileus. Aquí es donde Sócrates fue convocado para el interrogatorio que condujo a su condena a muerte.

Ahora le invitamos a admirar más de cerca el maravilloso templo que se alza sobre su cabeza: es el templo de Hefesto, más conocido como Teseion. Las esculturas de los dos frontones se han perdido, pero subsisten fragmentos del friso dórico y de las metopas que ilustran los trabajos de Heracles y las hazañas de Teseo, de quien saca su apodo el templo.

Hay que detenerse ahora en los edificios del centro del Ágora. Al recorrer el muro de la línea de ferrocarril hacia el este, se descubre el ángulo de lo que fue el altar de los Doce Dioses; el resto del monumento está detrás del muro de separación. Fundado en 522 a. C. por Pisístrato, este santuario estaba dedicado a los doce dioses del Olimpo y sirvió de referencia para la medición de las distancias desde Atenas. Subiendo hacia el centro del Ágora verá los cimientos del templo de Ares. Construido en el 440 a. C. fuera de la ciudad, se trasladó al Ágora en el 15 a.C.

Vamos ahora hacia las colosales estatuas que se levantan en medio del yacimiento: representan tritones (mitad hombres, mitad peces) y gigantes (mitad hombres, mitad serpientes). Estas estatuas fueron extraídas de la fachada del odeón de Agripa, hoy desaparecido. Pasando entre los gigantes se llega precisamente a las ruinas del odeón. Su arquitectura era notable por la ausencia de columnas en el interior, lo que fue sin duda la causa principal del hundimiento de su techo hacia el 170 a. C. Hoy se puede admirar el escenario enlosado de mármol. Los hérulos destruyeron el odeón en el 267 d. C., y los atenienses utilizaron las piedras del edificio para dotar a la ciudad de una nueva fortificación. Los cimientos de cemento que hoy cubren el lugar del antiguo odeón pertenecen a un gran complejo arquitectónico conocido como el Palacio de los Gigantes. Los gigantes y los tritones que ya ha visto fueron recuperados de la fachada del odeón para ornamentar el nuevo palacio. El uso de este palacio no está claro, pero la mezcla de estilos entre un edificio oficial y privado hace pensar en la residencia de un alto funcionario.

Ahora le proponemos que se dirija a la estoa de Átalo, que hoy alberga el museo del Ágora. Este pórtico debe su nombre al rey Átalo II, rey de Pérgamo entre el 159 y el 138 a. C., como gesto de reconocimiento clásico para un príncipe del Ática que fue enviado a Atenas en su juventud para recibir una educación adecuada.

La estoa consta de dos plantas de 21 locales cada una. Estas salas estaban ocupadas por tiendas, pero también por oficinas de la administración. Su pórtico tiene dos columnatas que eran para los atenienses de aquella época un lugar de paseo privilegiado. Bajo los cimientos de esta estoa se descubrieron restos de edificios que datan de los siglos V y IV a.C. Los arqueólogos creen que estos edificios eran tribunales, ya que se encontraron un gran número de fichas de voto. Frente a la estoa había algunos monumentos importantes, como el estrado desde donde los magistrados y los gobernantes arengaban a las multitudes, así como un pedestal imponente sobre el que había una cuadriga (carro tirado por cuatro caballos) de bronce.