PALACIO DE DOLMABAHÇE (DOLMABAHÇE SARAYI)
Si le gustan los dorados y el brillo, visite el palacio imperial de Dolmabahçe, con sus influencias europeas y orientales.
En pleno siglo XIX, el palacio de Topkapı se esforzaba por responder a las expectativas y exigencias de la Sublime Puerta, el gobierno del Imperio otomano. En los albores de la Revolución Industrial, el gran impulso de la modernidad se extendía por toda Europa. Aunque no estaban en su mejor momento, tanto política como financieramente, los sultanes seguían queriendo demostrar su posición al frente de un Estado poderoso e influyente. Se necesitaba, pues, un nuevo palacio digno de su rango. Todo empezó por la ubicación. Tras muchas deliberaciones, se eligió por unanimidad la ribera del Bósforo, concretamente Dolmabahçe, donde se formaba una pequeña bahía. De esta manera, el palacio dominaría el Bósforo. Se diseñaron un inmenso parque en la parte trasera y muelles en la parte delantera para facilitar el acceso. Luego llegó el reinado de Abdülmecit I (1839-1861), el reformador que disolvió la orden de los jenízaros, quien se interesó por una amplia variedad de temas, entre ellos, el mundo del arte, por el que sentía una gran pasión. Él sería quien pusiera en marcha las obras de la futura residencia de los sultanes. La tarea recayó en el arquitecto armenio Garabed Balyan y su hijo. Ordenó la remodelación del solar de Dolmabahçe a partir de 1843. Trece años más tarde, en 1856, el suntuoso palacio estaba construido. La primera Asamblea de Diputados que acogió tuvo lugar el 19 de marzo de 1877. Abdülmecit acabó sus días en el palacio ya terminado. A partir de entonces, el imperio fue de mal en peor. Los sucesores consideraban el edificio demasiado grande, incluso demasiado ostentoso, por eso preferían palacios más pequeños construidos a orillas del Bósforo. Debido a su magnificencia y tamaño, se utilizó como lugar de recepciones oficiales, a las que acudían regularmente embajadores para reclamar el pago de deudas. Se convirtió en residencia presidencial cuando Atatürk proclamó la república en 1923. Fue aquí donde el fundador de la Turquía moderna murió, tras una larga enfermedad, el 10 de noviembre de 1938, a las 9.05 de la mañana, en la habitación 71, con vistas al Bósforo (los relojes de los museos muestran esta hora).
El palacio se extiende sobre una superficie de 250.000 metros cuadrados, y el resto está ocupado por jardines. Su fachada frente al mar, de 600 metros de largo, tiene doce puertas. La más espectacular es la puerta ceremonial, que da a la parte trasera de los jardines, que flanquean la vía de acceso actual. La segunda puerta monumental es la que sirve de entrada al museo, la puerta del Tesoro. El palacio tiene 285 habitaciones, 43 salones, 6 balcones, 6 baños y 1427 ventanas. El interior cuenta con 156 relojes y 58 candelabros. El mobiliario y la decoración fueron elegidos por Séchan, decorador de la Ópera de París.
Parcourir le palais prend du temps car c’est vraiment grand
Vous pouvez également visiter le harem en complément
Les extérieurs sont très beaux aussi