PEQUEÑA SANTA SOFÍA (KÜÇÜK AYASOFYA CAMII)

Fue construida como iglesia entre 527 y 536 por iniciativa de Justiniano en honor a los santos Sergio y Baco, patronos de los centuriones cristianos del ejército romano. Es considerada como la prefiguración de la gran basílica vecina, de ahí su nombre turco de Pequeña Santa Sofía. Los dos santos son especialmente populares entre los cristianos orientales. Justiniano consagró en ese mismo sitio otra iglesia que ya no existe y que estaba dedicada a los santos Pedro y Pablo, más populares entre los cristianos occidentales. El objetivo era restaurar la integridad del Imperio romano en el plano espiritual. En la época de Beyazıt II, la iglesia fue transformada en mezquita por Hüseyin Ağa, el líder de los eunucos negros del harén, cuyo mausoleo fue construido al norte del ábside.

Exterior. La albañilería exterior de la estructura sigue la técnica habitual en Constantinopla durante este período, que utiliza ladrillos incrustados en gruesas capas de mortero. Las paredes están reforzadas con cadenas hechas de pequeños bloques de piedra. Muchas de estas estrategias constructivas fueron utilizadas luego en Santa Sofía: las exedras extienden la nave central sobre ejes diagonales, las columnas de colores esconden los ambulatorios de la nave, y las luces y las sombras contrastan profundamente sobre el tallado de los capiteles y entablamentos. Frente al edificio hay un pórtico y un patio con un pequeño jardín, una fuente para realizar abluciones y varias tiendas pequeñas. La antigua madrasa alberga a artesanos y un pequeño salón de té donde podrá relajarse.

Interior. En el interior del edificio hay una hermosa columnata de dos plantas que recorre los lados norte, oeste y sur, y que luce una elegante inscripción en doce hexámetros griegos dedicada al emperador Justiniano, a su esposa Teodora y a san Sergio, el patrón de los soldados del ejército romano. Por alguna razón desconocida, no se menciona a san Baco. Construida sobre una planta octogonal irregular, está cubierta por una cúpula de diecinueve metros de altura, que descansa sobre ocho pilares poligonales y 34 columnas de mármol, de color verde y rojo alternándose, dispuestas entre los pilares. Para la conversión otomana en mezquita, se modificaron las ventanas y la entrada, se elevó el nivel del suelo y se enlucieron los muros interiores. Al norte del edificio hay un pequeño cementerio musulmán que alberga la tumba de Hüseyin Ağa, el fundador de la mezquita. Una de nuestras visitas preferidas.