LA BARAKA
Al empujar las puertas de Baraka, es el olor del cuero que recibe a los clientes habituales y a los curiosos. Es difícil detenerse una vez en el interior: sacos de cuero de todas las formas, tapices de "babucas" coloridas, ropas y saris, joyas, espejos y lámparas de hierro forjado. En esta acogedora y acogedora decoración, Virginia, instalada desde 2001, comparte su pasión por el norte de África. Es imposible volver de su tienda sin haber tenido tiempo de intercambiar con ella. Su buen humor habitual y su gran sonrisa transforman cada visita en invitación al viaje. Las bolsas y los zapatos son modelos originales. Las ropas son tradicionales o excéntricas, vestidas o desenfadadas (algunos son de su creación). La cabina de ensayo tiene un sabor de caravana en el desierto. La parte trasera se convierte en una cueva de Ali Baba, con lámparas y espejos del suelo hasta el techo.