Restaurante con terraza que ofrece especialidades tunecinas en Marsella.
Este restaurante, con su inevitable fachada cuando se pasa por este lado del puerto, debe su nombre a una princesa fenicia que fundó Cartago en el año 814 a.C. Pero no hace falta ser un aficionado a la historia para darse cuenta de que nos encontramos en un entorno que recuerda a la otra orilla del Mediterráneo. La decoración es magnífica, recuerda a los riads del Magreb, pero la carta está más orientada a las especialidades tunecinas, cuscús, briks, etc., con una buena selección de tajines. La terraza es un plus, con vistas al puerto viejo. El servicio es impecable y sonriente. Una dirección recientemente renovada que, por un momento, le transportará al otro lado del Mediterráneo.
Nous avons été mangé en famille et avons tous été malade À FUIR !!!
Mon fils de 4 ans a prit un menu enfant le couscous était piquant car la sauce est déjà servit mélangée avec la semoule contrairement aux autre restaurant où chacun se sert pour pouvoir doser !!
La serveuse était plus occupé par son téléphone et ses écouteurs que par ses clients !
Une honte !
Je reviendrai lors de mon prochain voyage a Marseille ????
Très bon acceuil, en attendant ma commande j ai eu un très bon thé à la menthe.
Je recommande cet endroit