TEATRO ANTIGUO

Importante monumento de la arquitectura románica en Provenza, el antiguo teatro de Arles fue construido en el siglo I a.C., durante el reinado del emperador Augusto, famoso por haber construido numerosos monumentos en todo el Imperio, muchos de ellos en la Galia romana. El teatro forma parte de un amplio proyecto de urbanización que incluye otras dos construcciones: el Arco del Ródano y el Foro. Tiene más de 102 metros de diámetro, y en la época de su grandeza contaba con treinta y tres filas de asientos (la mayoría de las cuales han desaparecido) que podían albergar hasta diez mil espectadores. Aunque las representaciones eran gratuitas para todo el pueblo, las clases sociales no se mezclaban allí, ya que el pueblo se agolpaba en las alturas, mientras que los notables se sentaban cerca del escenario. Su recinto exterior tenía tres filas de arcadas ricamente decoradas con estatuas monumentales. Entre ellas, la estatua de Augusto conservada en el Museo de la Antigua Arlés, y la Venus de Arlés en el Museo del Louvre, que los habitantes de Arlés desearían ver devuelta a su ciudad original. Fortificada en la Edad Media, como lo atestigua la Torre Roland, vio desarrollarse entre sus muros casas parasitarias, así como el Colegio de los Jesuitas y un convento de las Hermanas de la Misericordia. Saqueada por sus materiales, que a veces se utilizaban para la construcción de edificios cercanos, no fue redescubierta hasta el siglo XVII, pero las verdaderas excavaciones no comenzaron hasta 1828, y los edificios que se habían construido en el lugar fueron destruidos gradualmente.

Es un lugar asombroso: la columnata, de la que sólo se conservan (aproximadamente) dos columnas, y todos estos fragmentos de historia dejados como si estuvieran abandonados lo hacen especialmente encantador. Es divertido perderse en los pequeños laberintos de los grandes bloques de piedra esparcidos por el lugar, y escudriñar los detalles grabados en los fragmentos: aquí se puede ver un trozo de inscripción latina, allí una flor, y allí un capitel corintio. Totalmente restaurado, el recinto es mucho más funcional y ofrece nuevas atracciones: en verano, los martes y jueves por la mañana, demostraciones de juegos romanos, ideales para los niños. Y todavía, como indica el gran escenario en el centro del teatro, frente a las gradas restantes, la acogida de numerosos festivales como los Rencontres internationales de la photographie, el festival de musique des Suds o el festival de cine Péplum. Los dos primeros tienen lugar en julio, el último en agosto.