LE PONT DE L'ÎLE DE RÉ

La travesía a nado es de unos 5.800 metros; el regreso desde tierra firme depende de usted Si no eres atlético, o si quieres llegar seco, sólo hay una alternativa: cruzar el puente. Con sus 50.000 metros cúbicos de hormigón, más de 6.000 toneladas de acero y 1.100 metros lineales de pilotes de cimentación, destaca entre la multitud. Este viaducto no es sólo una proeza técnica. Su silueta atestigua el cuidado puesto en integrar la estructura en el paisaje costero regional. Todo el mundo puede utilizarlo: peatones y ciclistas tienen un carril reservado y el paso libre. Los automovilistas están obligados a pagar la ecotasa, que entró en vigor^{el 1 de} enero de 2012 y está destinada a proteger el medio ambiente en la isla, así como el mantenimiento del puente a cargo del Conseil Général. Las tarifas pueden parecer elevadas, pero existen varias opciones de abono, tanto para quienes trabajan en la isla como para los propietarios de segundas viviendas. Una última alternativa es tomar el autobús lanzadera desde el aparcamiento del mirador, que le dejará al otro lado del puente. Perfecto para un día de playa