LA PLANCHE A SEL
Este restaurante goza sobre todo de una ubicación privilegiada, cerca de un aparcamiento y sobre todo del puerto. Es un placer poder tomar asiento en una magnífica terraza, disfrutando de la puesta de sol y de las vistas al puerto. Si el tiempo es incierto, dirígete a la antigua barraca ostricole, muy luminosa gracias a sus grandes ventanales. El trato es muy agradable, la carta presenta dos menús y numerosas sugerencias que permiten a todos disfrutar de placer. En la entrada, encontrarás el gratiné de cuchillos o el carpaccio de vieiras. La suite da siempre al mar: cigalas asadas a la plancha, servidas con salsa de cítricos o bar entero asado con mantequilla blanca. Entre amigos, se optarán gustosamente por las tapas que sea el océano o el suelo.