OLIVIER GLACIER
Este glaciar, muy conocido de las roelías, disfruta de una magnífica situación, bajo las arcadas de la calle St Jean, cerca de la Coursive y del puerto viejo. Al pasear por la calle, sin duda tendrás una mirada por un escaparate muy colorido. Todos los helados se fabrican in situ con materiales de calidad cuidadosamente seleccionados. Este glaciar, que recientemente celebró sus 20 años, es bien conocido por los golosos que no se cansan de los perfumes propuestos. Encontramos los clásicos: frambuesa, vainilla, chocolate y otros más inéditos como la pera caramelo, la pasión papaya, la naranja sanguínea. El trato es muy agradable y los golosos no se cansarán de comer helados que toman asiento en un corneta casero. Si el sol no está, te sentirás encantado con gofres, crepes y rosquillas. Inteligente: es el lugar ideal para los auténticos amantes de la tentación de degustar el verdadero helado casero a precios razonables.