LA COLLEGIALE SAINT-VULFRAN
La Collégiale Saint-Vulfran, soberbio ejemplo del estilo gótico flamígero, es de gran magnificencia.
Es sin duda el monumento más notable de la ciudad. Construido y reconstruido varias veces desde 1058 para albergar las reliquias de San Vulfran, este edificio es un magnífico ejemplo del estilo gótico flamígero. La fachada es un encaje de piedra, con sus dos torres simétricas de 55,80 m de altura rematadas por atalayas. El portal central, con sus hojas renacentistas, atestigua el maravilloso trabajo de los "huchiers" de Picardía. Hay un profundo silencio, una forma refinada de magia, como si la colegiata temiera a veces mostrar los signos exteriores de su magnificencia. Ruskin escribió en Proeteria: "Como un placer gozoso y sin mezcla, llegar a Abbeville en una buena tarde de verano para ver Saint-Vulfran antes de que el sol haya abandonado las torres, son cosas por las que el pasado debe ser apreciado hasta el final" En 1853, Victor Hugo visitó esta "vieja fachada, roída por la brisa y la luna, de la que se sale con una lágrima y se entra con una sonrisa". El escritor romántico quedó deslumbrado Las modernas vidrieras de William Einstein añaden un toque fresco y sublime. Una pequeña pena, sin embargo, es que no se puede realmente retroceder y admirar la fachada, ya que el tráfico está siempre congestionado a los pies del edificio. En cualquier caso, la Collégiale Saint-Vulfran es una visita obligada en cualquier viaje a Abbeville. Algunos incluso dicen que es suficiente para justificar una visita a esta ciudad poco conocida, ¡donde hay tantas cosas bonitas que ver!